Los desposeídos

Luis Muñoz Muñoz

Ir y volver es el camino de la vida que tiene menos tránsito. En estos días, el principal embotellamiento se reporta en la Asamblea  Nacional , en los pasillos de Carondelet y  recintos  de  partidos, grupos y movimientos políticos,  en  estos  lugares se realizan  los convenios, » los amarres»  para repartirse el  País , mientras el verdadero pueblo  va y viene desconsolado, sin fuentes de trabajo, con las enfermedades a cuestas sin poder mitigar sus dolores , sus  hijos  sin posibilidades de asistir a la escuela, al Colegio y peor a  las universidades, por su paupérrima economía y  donde la inversión pública es  un » espejismo», quedando  solo  una  realidad tangible e inobjetable ,   las avenidas, calles y plazas  que son  refugio de los cinturones de miseria  y  de sus familias, en donde  con un poco de suerte  encuentran rebuscando entre  la basura  su sustento diario  y el  de su familia, mientras en las noches descansan  en los portales, aceras o debajo de puentes que  les prestan alguna seguridad. Entre tanto ,  los privilegiados  políticos se llevan el dinero del país a «millonadas» para sostener  sus  organizaciones en tiempo de política si tomamos en cuenta  que resulta un negocio participar en política,  porque con el simple hecho de  inscribirse para participar en la lid electoral   el Consejo Nacional Electoral ,  les asigna fuertes cantidades de dinero para la campaña electoral, empero  la gran mayoría de ecuatorianos se mueren de  hambre sin trabajo en la miseria, sin medicinas ni hospitales, excepto aquellos  que se dedican al tráfico de armas, combustibles y drogas o que han pasado engrosar las filas de la mafia política , la delincuencia o son parte del crimen organizado  . Esta dura realidad es la  que vivimos en el día a día   y  los ciudadanos comunes parecen  inertes y   no reaccionan para  trazar estrategias  que permitan romper el aislamiento y patearle la cabeza a ese monstruo llamado corrupción y oportunismo que  está aprovechándose de la ingenuidad de los ecuatorianos y manteniendo en la ignorancia a millones de compatriotas. La cantidad de candidatos aspirantes a llegar a Carondelet, es desmedida  ya que muchos están conscientes  que no van a llegar  ni para porteros del  aparato estatal  y que solo la audacia  y el oportunismo  los hace  buscar la forma  de  catapultarse a  probar «las mieles del poder» sin tener cualidades suficientes ni la preparación necesaria  para  gobernar un País. Los llamados  partidos de izquierda buscan afanosamente  hacerse del poder, para abusar, perseguir a sus enemigos políticos, robar la mayor cantidad de dinero  y saquear las arcas  del estado para su satisfacción y la de su grupo. La derecha no está exenta  de lo que hemos  analizado en ésta columna porque   la historia nos recuerda  estos Gobiernos nefastos durante nuestra azarosa vida republicana.  En este panorama  ya empiezan a hacerse los guapos, los mismos «traidores y nerones» del pueblo para  alcanzar el voto del «soberano» en las próximas elecciones de  2025, Por lo tanto, ahora es un buen momento para tomar el camino contrario, el que no tiene tránsito, y tenderles la mano a aquellos  de buena voluntad que quieren habitar el suelo ecuatoriano y que  quieren luchar junto al pueblo para lograr la reivindicación de  los desposeídos y de aquellos  que siempre  han sido explotados, humillados y mal tratados por los políticos de turno  que no responden a ideología alguna sino a sus propios intereses y los intereses de sus camaradas. Ya tuvimos una experiencia pasada con la llamada  » Revolución Ciudadana» que pisotearon el Legislativo o la Asamblea Nacional modificaron cuanta  Ley pudieron a su favor y en contra del pueblo,  en el Poder Judicial manipularon a jueces y fiscales como si fuera un bolillero de la FIFA para perseguir a sus enemigos y a las instituciones democráticas que se atrevieron a levantar su voz de protesta. Ni derecha ni izquierda  es la panacea  ya no sabemos en quien confiar, todos nos han mentido y engañado en tiempo de campaña nos han ofrecido » el oro y el moro» y nada lo han cumplido  el gran pueblo sigue debatiéndose en la miseria,  mientras unos  pocos  facinerosos se reparten y se lo llevan el  País en vilo. En consecuencia ni izquierda ni derecha, es el momento de demostrar  nuestra inconformidad  en las urnas mientras se pasa a la acción para de una vez por todas  sacar a  patadas  a los ladrones  de nuestra riqueza y desarrollo. (O)