El recadero de la mafia

Bridget Gibbs Andrade

Ante un inevitable juicio en su contra, el periodista de la boina oscura voló del país. Mimetizó el libreto de un sinfín de correístas que, al ser requeridos por la justicia, se fugaron como una cuadrilla de delincuentes.

Si alguien entra a las celdas de narcotraficantes y mansiones de corruptos como Pedro en su casa, le mencionan como beneficiario de cantidades ingentes de dinero y una de sus empresas se ofrece para estafar al IESS, es natural que la policía investigue cada paso que da y se convierta en su sombra.

El nombre de Anderson Boscán apareció por primera vez en el caso Metástasis donde se hallaron conversaciones entre él y el narcotraficante Norero. Su nombre volvió a aparecer en el caso Encuentro. En este último se le menciona en conversaciones obtenidas de las cámaras de seguridad de la casa de Nahim Massuh, relacionado con la trama de corrupción del sector eléctrico. Incluso su nombre sale a colación en reuniones a las que ni siquiera asistió. Algunas conversaciones aluden a temas de financiamiento y a una presunta entrega de una vivienda. Son grabaciones de entre el 11 y el 14 de enero del 2023 en los que se observa a Boscán y su esposa llegando a la residencia de Massuh, luego sentados en la sala y finalmente abandonando la casa.

En el caso Encuentro, la Fiscalía indaga una supuesta red de corrupción para repartirse cargos públicos y negocios con el Estado.

El 17 de abril del 2024, Boscán fue mencionado por Diego Sánchez en el juicio a Carlos Pólit. Durante el interrogatorio no sólo apareció su nombre sino también el de José Serrano -el que ilusamente pensó que estamos desmemoriados y que votaríamos por él- por su supuesta cercanía con Sánchez. Cuando le preguntaron si está siendo investigado en Ecuador, Sánchez respondió que sí por supuestas transferencias de dinero a La Posta y a Boscán, fuera del país.

No existen coincidencias, sino consecuencias: Boscán se codeaba con el narcomundo. Mientras los impresentables de la RC cruzaban los dedos para que se dé el narco juicio político a la fiscal, éste osó amenazarla.

El recadero de la mafia corrió tras la fama y fortuna pactando con varios diablos. Sin las agallas para asumir las consecuencias de sus actos, cubrió su mediocridad y deshonestidad bajo el papel de víctima y se fugó del país. En X, un tuit de la cuenta de “Ahí está el detalle” lo describe tal cual: “Sus métodos le pasaron factura, y ahí la ironía: de tanto facturar, terminó facturado”. (O)