“El Mercurio” y sus “canillitas”

Hugo Lucero Luzuriaga

Se dice que el tiempo es relativo, dependiendo de las circunstancias y de los que viven en ese lapso, pero cuando nos referimos a producción con logros importantes en función del bien del ser humano: “El Mercurio” merecer una felicitación y un reconocimiento nacional al cumplir 100 años de una labor titánica por informar, opinar, entretener y afines, en función de las mayorías

Se están dando las felicitaciones y reconocimientos para todos los que hacen la empresa y sus gestores, sus inicios y diario trajinar por el mundo periodístico, empero, creemos que en esta fecha es necesario e importante recordar y resaltar a los famosos “CANILLITAS”, muchos de los cuales “ya se fueron”, pero su accionar sigue presente en la memoria histórica de los cuencanos. Es justo traerlos  al recuerdo en este aniversario a niños, jóvenes, adultos y hasta adultos mayores, que vivían del trabajo de vocear por todos los espacios de la ciudad y pueblos dando a conocer las titulares más importantes de “EL Mercurio” con el afán de vender a ciudadanos ansiosos por  conocer las noticias; además con la urgencia de entregar el periódico a las radiodifusoras y otros medios en donde personajes ávidos de información se aprestaban a dar a conocer a sus oyentes la nuevas en lo local, nacional e internacional. No nos olvidemos que muchos canillitas dejaban “El Mercurio” debajo de las puertas de algunas casas que tenían convenio con el diario.

La palabra “Canilllitas” es de autoría de un periodista uruguayo, quien observó que los que vendían los periódicos desde niños, iban poco a poco creciendo, no así sus pantaloncitos que progresivamente dejaban ver sus piernas, las canillas, lo que motivó el nombre que casi se hizo mundial.

El tiempo ha evolucionado, hoy en Cuenca quedan muy pocos canillitas, más bien se han instalado “puestos” y quioscos que muy por la mañana ofrecen los periódicos. La venta de periódicos era y es un trabajo como cualquier “sagrado”, como verbigracia: uno en la feria libre en donde incluso atiende su madre con un hijo especial que entrega el diario.

Es la sociedad de las diferencias, de la marginación e inequidades, donde ya casi no hay canillitas, empero, han dejado una huella imborrable de labor sacrificada en la historia de vocear: “El Mercuriooo..”

¡Saludos a “El Mercurio” en su aniversario 100! (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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