La corrupción y la incapacidad existen en muchas partes del mundo, pero son más graves, y con impunidad, en los países subdesarrollados. La pobreza de tantos países latinoamericanos se ha debido a la corrupción e incapacidad de mucha de su gente como ha sido habitual y que al fin hay esperanza de que sea superada. Algunos cambios administrativos recientes han sacado a gente corrupta e incapaz de funciones públicas. Ojalá nuestros gobernantes sigan exigiendo más transparencia y eficiencia a los funcionarios y escojan personas cada vez más honorables o menos ladronas, para la función pública.
Por desgracia esos males están muy enraizados en nuestros países. Cualquier sistema administrativo y económico puede ser bueno o malo dependiendo de si los gobernantes, funcionarios, empresarios y legisladores son o no eficientes, de si hay o no transparencia en los procesos y moralidad en el manejo de los asuntos públicos y privados. Si se vende las empresas de servicios que son del Estado para que ese dinero sea robado, cualquier país va a la ruina. Si no hay desmonopolización de los servicios no habrá ventaja real para el pueblo. Si los banqueros y más ex funcionarios utilizan para su beneficio personal el dinero de los depositantes y luego van a vivir como príncipes en el exterior, ningún país puede ser viable. Moneda propia o dolarización no funcionan si no hay economía nacional que vaya más allá de la prestación de servicios, que privilegie la producción y el empleo. Lo importante es tener producción suficiente, fuerza laboral competitiva y ahorro. Nuestros gobernantes tienen que fomentar la producción con el fin de que haya lo necesario y a precios adecuados para nuestra economía.
¿En donde está el dinero que se obtuvo de la venta de algunas empresas del Estado como Ecuatoriana de Aviación, Flota Grancolombiana, Cemento Nacional, etc? Seguramente fue al bolsillo de los políticos. Las empresas que estuvieron a cargo de administración estatal, con las excepciones de rigor, han tenido grandes problemas. Tenemos confianza de que el Gobierno actual no sólo manejará honorablemente la economía, sino que sancionará a los que perjudicaron al Estado. (O)