Celebrar cien años en la vida de las personas, de organismos e instituciones es, sin duda, trascendente; sin embargo, conmemorar los cien años de un medio de comunicación como diario “El Mercurio” que ha incidido de manera decisiva en la vida y el desarrollo de los habitantes de la ciudad, de la provincia y del austro ecuatoriano cobra una dimensión histórica, social y política imponderable para el país y la democracia ecuatoriana. Gracias al enorme esfuerzo y sacrificio de sus periodistas, trabajadores, empleados y directivos se ha hecho de cada uno de los días de estos cien años, escuela y camino de uno de los oficios más nobles, humildes e incomprendidos como es el Periodismo, aunque la historia contemporánea no podría ser escrita sin tener en cuenta los registros diarios que hace la prensa. En tiempos de crisis como los que atravesamos, cuando las noticias falsas y las redes sociales han llevado a un paulatino empobrecimiento del debate político, se requiere con urgencia un periodismo con alta responsabilidad social y apego estricto a la ética profesional que contribuya a la construcción de una sociedad libre, democrática y sea un efectivo contrapeso del poder. Cien años al servicio de la comunidad son prueba irrefutable del compromiso de “El Mercurio” con la libertad de pensamiento, de expresión y con el acceso a información contrastada, características vitales en una democracia; por ello, esta celebración engalana mucho más las próximas fiestas de Independencia de Cuenca.(O)
