Hace 23 años, el 7 de noviembre de 2001, la Selecección ecuadotoriana de fútbol, se clasificó por primera vez a una Copa del Mundo, al igualar 1-1 con Uruguay por las Eliminatorias rumbo a Corea Japón 2002, con anotación de Jaime Ivan Kaviedes.
Fue un momento increíble para el país tricolor. Por años los ecuatorianos esperaron ese momento, incluso, algunos pensaron que nunca verían a su selección en una cita mundialista.
Sin embargo, un grupo de 22 jugadores cambiaron la historia del balompié tricolor. Hernán Darío Gómez fue el elegido por Luis Chiriboga Acosta, en aquel entonces presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
El técnico llegó a la Tri en 1999, con el objetivo de llevarle a su primer mundial y lo cumplió. Transmitió un discurso de motivación que les llegó al alma a los jugadores.
Hizo un trabajo espléndido. Cambió la imagen que tenían las diferentes selecciones sobre Ecuador, puesto que antes lo veían como un rival fácil de vencer.
Camino al Mundial
Este camino inició el 29 de marzo de 2000, con una victoria de la Tri 2-0 ante Venezuela en el estado Rodrigo Paz Delgado, luego perdió con Brasil y Paraguay en condición de visitante.
En su regreso a Quito, derrotó a Perú, cayó ante Argentina, fue goleado por Uruguay, igualó con Colombia, venció a Bolivia y Chile, en lo que fue el inicio de la recuperación.
Porque a partir de esa victoria, Ecuador fue otro. Consiguió cuatro victorias al hilo (Venezuela, Brasil, Paraguay y Perú) que lo llevaron escalar del séptimo al tercer lugar de la tabla de posiciones.
La meta estaba cerca. Faltaban pocas fechas. Cayó como local con Argentina 2-0 y luego igualó con Colombia en Bogotá. La jornada siguiente la Tri goleó a Bolivia 5-1 en La Paz en una actuación para el recuerdo.
Llegó el día anhelado. El estadio Atahualpa estaba repleto, no cabía un alfiler. Los hinchas llegaron a este escenario deportivo con 10 horas de anticipación para presenciar el partido ante Uruguay.
La tarde no comenzó bien. Un penal anotado por Olivera sobre el cierre del primer tiempo, hizo que el sueño se desvanezca, pero el ingreso de Álex Aguinaga en segundo tiempo fue determinante.
El 10 tomó el balón al borde del área y lo puso con extrema precisión en la cabeza de Iván Kaviedes, quien infló las redes del Atahualpa y fue el gol más gritado en la historia del futbol ecuatoriano.