Antes que la palabra encendida, o la loa hiperbólica, debe estar el análisis sereno, la autocrítica constructiva, que nos permita tener la objetividad necesaria para juzgar el pasado, pero que a la vez nos señale claramente el tránsito hacia el futuro. Hoy sentimos la obligación de reconocer el mérito de aquellos que con visión de patria y con conocimiento de la realidad de nuestro país, superando dificultades fundaron el ministerio de salud pública, ellos fueron sin lugar a dudas, quienes siguiendo la tradición de hombres de la talla de Isidro Ayora, Alfredo Valenzuela, Vicente Corral, Enrique Garcés, se constituyeron en Paladines por aquella mística trascendente que es la salud pública y detrás de ellos, en el amanecer histórico de nuestra nación se encuentra Eugenio Espejo, el gran visionario salubrista, que entendía que alcanzar la libertad no sólo era acabar el despotismo político del conquistador, sino formar hombres fuertes, hombres recios, hombres biológicamente sanos. Yo creo que el Ministerio de Salud Pública es el legatario inmaterial de acciones e ideas de éstos hombres y de muchos más que dieron su aporte anónimamente en beneficio de la salud de nuestro pueblo pero también debemos admitir con veracidad y entereza que ha habido equivocaciones y errores durante la vida institucional y esto se debe a que muchas veces no hay políticas definidas en materia de Salud Pública y la improvisación y la demagogia han atentado contra el prestigio institucional y peor aún contra nuestro pueblo sediento de salud. Formulamos votos, para que en el futuro cercano la labor del Ministerio de Salud, esté siempre orientada hacia el gran cambio social en democracia, tesis que es la piedra angular de los Gobiernos Nacionales. (O)
DZM
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social con experiencia en coberturas periodísticas, elaboración de suplementos y materiales comunicacionales impresos. Fue directora de diario La Tarde y es editora.
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Close - Disimulemos14 de noviembre de 2024