Invitada por Diego Jaramillo P. a su espacio “Sala Adentro”, llegó a Cuenca la destacada artista del vidrio Tarasieh Werle-Vahdat, cuyo origen es Irán, país del que migró a Europa a muy temprana edad. Tarasieh considera que cada persona tiene una o más formas artísticas de revelar sus habilidades. En su infancia no había juguetes y, lo que llegaba a sus manos, motivaba su creatividad. A sus 10 años su familia emigró a Austria y, a los 15, estuvo en Alemania. Encontró una sociedad tan diferente, era la de post guerra y primaba la industria y la reconstrucción. Tomó cursos de Literatura en Heidelberg, luego viajó a Inglaterra y España, descubriendo el mundo y aprendiendo sobre las artes. Más tarde llegó a Quito, se formó en cerámica y asistió a la Facultad de Artes de la Universidad Central, profundizando su amor por el arte en vidrio. Luego, en California, estudió en una Universidad de Artes y Manualidades, donde aprendió la técnica de vidrio soplado, tarea nueva en términos de haber trabajado antes con piedra, madera, cerámica, pero no con vidrio, arte, éste último, que impactó en su sensibilidad a punto de ahondar creando formas, colores y diseños. En 1988 hizo su primera exposición en Quito, luego vino a exponer en el Museo de Arte Moderno en Cuenca; recuerda que la gente gustó de esta expresión artística.
Tarasieh, cree que los seres humanos pueden tener mentes brillantes, su uso es variable y está en dependencia de los valores que han sido inculcados en el niño, a través del crisol familiar. Cuando no se siembra valores, son la calle y el entorno externo las influencias de una sociedad que, como la de hoy, está en decadencia, con mentes no siempre positivas, formadas en un entorno de obsolescencia, consumismo y materialismo. En su exposición LA MENTE, plasma en el vidrio, entre otras, las mentes brillante, psicodélica, vacía, perversa. La Artista lamenta la desaparición de los maestros que encontró cuando llegó a Ecuador, que construían su inventiva, su creatividad, su arte.
Es apasionada de la lectura y mira a las artes como la manifestación de la personalidad. Disfruta y sueña frente al vidrio, al que da forma, color, expresión, aprovecha de él como transmisor de la luz y de sus ideas. El vidrio, pese a su fragilidad, se constituye en la fortaleza de Tarasieh. (O)