Buenas y malas noticias en el ámbito económico ocurren en estos últimos días de 2024.
El FMI redujo la previsión para el cierre de la economía ecuatoriana en este año.
Según el Fondo, si bien el Ecuador logró “avances significativos en la implementación de su programa de reforma económica”, avanzando en “importantes reformas estructurales”, en contravía, este “sólido crecimiento” ocurrió en un contexto macroeconómico “complicado”.
Toma en cuenta la crisis de seguridad y la prolongada sequía cuyas consecuencias son las suspensiones del servicio de energía eléctrica, con el consiguiente impacto en la economía.
De esa forma el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en un 0,4 % en este año, si bien se recuperará en un 1,6 % en 2025, y la inflación de mantendrá baja.
El FMI, dos meses atrás había previsto un crecimiento en 0,3 %.
De acuerdo al Gobierno, la afectación económica por los apagones asciende a entre el 1 % y el 1,5 % del PIB, equivalente a USD 1.188 millones o USD 1.782 millones, considerando el PIB en 2023.
Sin embargo, para el ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, la economía cerrará 2024 con “un pequeño, pero crecimiento positivo este año”.
En este contexto, el país, se supone, ya no soportará más apagones cuyo final, según el Gobierno, terminaron este viernes 20 de diciembre.
Ojalá su palabra se cumpla, si bien esta no depende de sus mejores propósitos, cuanto, de la producción de energía, tanto de la adquirida a empresas internacionales, a Colombia, y a la hidroeléctrica, siempre supeditada a las lluvias.
En aquel mismo ámbito, según la medición realizada por la empresa aseguradora HelloSafe, entre 186 países, el Ecuador consta en el grupo de naciones con un “índice de prosperidad mundial muy bajo”, para cuyo efecto se basó en indicadores de desarrollo económico, social y medioambiental.
A la par, el FMI aprobó un nuevo salva vidas financiero: un desembolso por USD 500 millones.