Si miramos en el diccionario el significado de la palabra “Gracia” se refiere al conjunto de cualidades que hacen agradable a la persona o cosa que las tiene.
En la Biblia simboliza un regalo de Dios sin pedir nada a cambio, que puede ser un don otorgado como un acto de bondad, favor o bendición.
La capacidad de recibir momentos de gracia en la vida nos da la posibilidad de reconocer con humildad la presencia de lo divino en cada uno y la posibilidad de sanar, crecer y transformar con elegancia, paz y suavidad.
Gracia es también una oportunidad, un tiempo extra para culminar algún proceso sin un castigo.
Fechas como estas, nos dan la posibilidad de recibir los dones o regalos que nos corresponden con gracia y fe.
La Navidad, es una época para dar y aunque se ha convertido en un evento social de un consumismo desenfrenado; pienso, que también es una fecha que debe ser recibida con gracia, como una especie de tiempo de tregua, para fortalecer en cada uno el don de la solidaridad, la compasión y agradecimiento.
El nuevo año es además, una oportunidad, una tregua, una gracia y por ello un regalo que hay que vivirlo al máximo.
Las bendiciones derramadas son incondicionales para todos y cuando digo todos me refiero a toda la humanidad y a los seres vivos de este planeta, porque cada uno necesitamos un tiempo de gracia: los árboles, los ríos, los animales, los campos, las aves, los mares.
Un descanso, un respiro para recapitular y continuar con gloria y fortaleza los próximos 365 días.
Feliz Navidad y Prospero 2025 para los lectores de Diario el Mercurio de Cuenca, recibámoslo con la gracia del amor incondicional que está presente en cada uno de nosotros. (O)