Casi tres meses de anticipación o quizás más toma a muchas familias que representan a los barrios cuencanos alistar cada detalle para participar del Pase del Niño Viajero. No escatiman esfuerzos, invierten los recursos que sean, se trasnochan y hacen hasta lo imposible con tal de mantener viva una tradición que transciende en el tiempo.
Llevan décadas siendo parte de esta festividad religiosa que cada 24 de diciembre congrega a todos detrás de la sagrada imagen que recorre la calle Bolívar, en el corazón del Centro Histórico. Las historias de quienes participan del Pase iniciaron con los bisabuelos y abuelos que fueron los primeros mantenedores para que sus hijos, nietos y más familiares continúen con el legado.
En El Vergel se preparan para el Pase
En una vivienda ubicada entre calles angostas del barrio El Vergel se da una de estas historias de fe. Dos familias Cabrera-Correa y Roldán-Gallegos, que se relacionan entre sí, se organizan cada año para participar del Pase. Los vecinos se suman a ellos para formar una gran delegación del sector que en ocasiones llega a superar las 300 personas.
Sonia Correa recuerda que su esposo Bolívar Cabrera era quien organizaba hace unos tres años la participación de la familia que hoy es su responsabilidad junto con sus tres hijos, Jenny, Wilson y Mayra. Esto pasa tras el fallecimiento de Bolívar, quien heredó esta devoción de su madre Agripina Roldán, quien lo heredó de sus padres Felipe Roldán y Zoila Garcés.
Cada hijo cumple una función más el apoyo de otros familiares para prepararse para la pasada. Solicitan los permisos, alistan las fundas de caramelos y más obsequios, comida y la quema de juegos pirotécnicos que caracterizan su evento tras el Pase.
Son bastante querendones por lo que hacen, dejan todo de sí para mantener vivo un legado. En estas fechas son la sensación de su barrio por esa unidad que las comparten con el resto de vecinos.
Una chiva artesanal para el Pase del Niño
En el 2020 estuvo a punto de perder su vida por la COVID-19. Sus nietos con cariño le llaman “El Inmortal” porque superó ese virus. Hoy, Patricio Pizarro, agradece a Dios y su familia con una muestra de fe que la manifiesta en el Pase del Niño Viajero.
Él, de 57 años, quien es muy querido en el barrio de Las Acacias por sus oficios de mecánico-industrial y gasfitero, hace algo que nadie más lo realiza en su sector. Fabrica y renueva cada año una chiva a microescala que elaboró con los fierros que le sobraron de sus trabajos, con carrocerías antiguas, y otros materiales que adquirió para que su obra quede perfecta.
Los vecinos reconocen su labor. Es así como, cuando llega el 24 de diciembre y saca su carro artesanal a las calles, ellos están atentos para verlo y felicitarlo. Algunos hasta le dicen loco por el esmero que pone en su chiva que sus hijas le ayudan a decorar para que él lo impulse con sus manos llevando a sus tres nietos, Thiago, Mía y Emma revestidos de diferentes personajes navideños.
Entre los barrios, Lazareto, alista el baile del Tucumán
Ellas, Norma y Miriam Cabrera, son las encargadas de reunir a todos los del barrio Lazareto para que en el Pase del Niño Viajero bailen el Tucumán y participen de todo lo que engloba esta celebración. El grupo lo integran sus familiares, vecinas con sus hijos y más personas que les gusta esta tradición.
Cada año se preparan de la mejor manera para la Navidad. Incluso, este pasado domingo 22 de diciembre hicieron un agasajo para todos los del barrio para mantener esa unidad y reciprocidad.
Norma comenta que, durante el Pase, bailan el Tucumán por lo menos unas 12 veces a lo largo del trayecto dependiendo de los tramos porque hay algunos que son angostos o se aglomeran gran cantidad de personas. Es muy emotiva la participación porque, al finalizar, todos -incluyendo los que participan como parte de la delegación- se toman una fotografía para que quede como un lindo recuerdo.
Así como estas familias representativas de los barrios citados, hay otras que también hacen quedar bien a sus sectores. En El Vado por ejemplo está una local de alquiler de disfraces que se encargan hasta de adornar los carros alegóricos que participan en el Pase.
En comunidades de parroquias como: Tarqui, Victoria del Portete, Cumbe, San Joaquín, entre otras también se organizan las familias para representar en conjunto a sus localidades. Lo hacen revestidos, transforman sus vehículos en carros alegóricos, y, con sistemas modernos de amplificación, escuchan esos clásicos villancicos de los hermanos “Pibe Trujillo”.
Todos son parte del Pase. Los barrios son protagonistas de esa marea de personas que caminan durante horas y horas como muestra de su profunda devoción. -(I)
DETALLES
90 mil personas o más participan del Pase. Entre ellos están las representaciones de los barrios donde hay familias que toman la batuta.
Las familias Cabrera-Correa y Roldán-Gallegos del barrio El Vergel harán el programa navideño este 24 de diciembre, a partir de las 16:00, luego de la pasada mayor.
En el Pase hay familias que acostumbran a llevar en pancartas el nombre de su barrio. De esta manera, los asistentes saben de dónde vienen para honrar a la sagrada imagen.
Muchos residentes en los Estados Unidos (EE.UU.) retornan en estas fechas para ser uno de los integrantes de las delegaciones barriales que intervienen en esta tradición.
Los comerciantes de los mercados intervienen en el Pase. Lo hacen de forma individual como agradecimiento por todas las bendiciones recibidas en el año.
Más noticias relacionadas:
Estas son las vías que se cerrarán por el Pase del Niño Viajero