Declaraciones públicas del jefe policial de Durán, Roberto Santamaría, sobre los alcances de la violencia criminal en este cantón de la provincia del Guayas, son espeluznantes e inimaginables.
Según él, en ese sector hay algo más de 20 mil hombres, incluyendo menores de edad, dedicados a delinquir. Son parte de las diversas bandas, declaradas por el gobierno de terroristas, en especial de dos, cuya disputa por el territorio y otras venganzas, se salda con asesinatos masivos y crueles.
Si eso de por sí aterroriza, con mayor razón la decisión de muchos jóvenes de involucrarse voluntariamente en las bandas. Otros son reclutados a la fuerza, sobre todo los menores. Estos son entrenados como sicarios, sabiendo su inimputabilidad.
Todo un ejército del mal dedicado al tráfico internacional de la droga, al narcomenudeo, a la extorsión, al secuestro, entre otros delitos.
Con razón, Durán es considerado como el cantón más violento del Ecuador, y entre los más violentos del mundo en relación al número de habitantes.
Si existen más de 20 grupos de delincuencia organizado en el país, ¿cuántos serán sus integrantes en total?
El pasado fin de semana, según el teniente coronel Santamaría, la Policía detuvo a cerca de 50 presuntos delincuentes, evitando, en parte, un baño de sangre mucho mayor por la disputa entre dos bandos. Sin embargo, al día siguiente la administración de justicia los liberó. Muchos de ellos tienen antecedentes penales. Eso causó su indignación y fuerte reclamo, si bien no se conocen las razones del juez.
También reveló cómo los infractores modifican las armas traumáticas, cambiándolas el cañón para poder utilizar municiones reales.
Otra revelación de Santamaría, igual de escalofriante, tuvo lugar en La Prosperina (Guayas), donde la Policía, por estar delinquiendo llevó a un menor de edad a su casa, pero su madre pidió que mejor lo mataran. Insólito. ¿A semejante extremo estamos llegando? Y los políticos, politizando la inseguridad en busca de votos.
