Desde aquel lejano “míreme a los ojos”; pasando por el risible “ya te tengo bacalao”; llegamos al “Andrés no mientas otra vez”; tropezando en el “escoja dos soldados legionarios, los mejores de usted, y le invito al terreno a jugar ecuavolley”; hasta caer en los “eres o te haces”; “yo también estoy arrecho” y un par más de, por suerte y ventura, pasajeros efectos de casi virales intentos por salir del montón, pronunciados sin texto, ni contexto; evidenciando quizá una tibia necesidad estratégica de decirlo para postearlo…
El debate plano, aburrido, intrascendente; dividido en dos grupos mal definidos que no nos permitieron ver la pelea de fondo sino dos tropezados episodios de “semifinales predefinidas”; ¿nos convocaron a ver quien va por el tercero?
En ese contexto creo que el debate no cambia la tendencia, la ratifica, la profundiza, nos permite: primero pensar en la eventual segunda vuelta; tanto cuanto, segundo, especular quienes irán por el tercero.
Depende la fuente para decir es un: Daniel-Luisa o un Luisa-Daniel; pero no pasa por fuera de eso y el debate no lo mueve de manera significativa; pienso que el debate no funcionó como espacio para la presentación de la tercera alternativa, aunque si nos permite rescatar algunas intervenciones, perfiles y propuestas.
Un debate lento, aburrido, plano; con candidatos que no saben, entienden ni conocen la mínima expresión del debate: convencer al tercero ausente, posicionar un mensaje, una idea; lograr un elemento de recordación y proyección.
La expectativa quedó grande, las tendencias se fortalecieron, así, responder ¿quién gana del debate? Es un complejo ejercicio especulativo que demanda una pregunta previa, ¿cuál era el objetivo de cada uno en el debate?
Personalmente creo que lo ganan el Daniel y la Luisa que, seguramente, seguirán el camino a segunda vuelta, lo ganan la Andrea y el Leonidas que construyen un imaginario y alcanzan un nicho (habrá que ver como lo trabajan), lo gana la IA, mágica solución que convocan, evocan e invocan todos, toditos los candidatos; lo pierden el resto, cada uno de los que esperaba mostrar y mostrarse como alternativa, lo perdemos todos, cada uno, quienes queríamos ver un debate presidencial. (O)