Un amor para toda la vida: José y María llevan 76 años de matrimonio en Cuenca

La historia de José y María refleja que el amor no solo se celebra un día, se construye a diario. En este San Valentín, su unión nos recuerda que el respeto, el compromiso y la complicidad son pilares del amor.

En Cuenca se escribe una historia que desafía al tiempo. José Manuel Quituisaca, de 95 años, y María Cruz Lojano, de 98, se casaron en agosto de 1948 y desde entonces han tejido, con paciencia y entrega, una vida en común que hoy se erige como ejemplo de compromiso, respeto y amor.

Nacidos en 1927 y 1930 respectivamente, la juventud de esta pareja estuvo marcada por encuentros en la hacienda de Florencia Astudillo – hoy sitio del hospital Vicente Corral Moscoso – donde vivían frente a frente y se enamoraron.

José, con 18 años y María de 21, decidieron unir sus destinos, convencidos de que lo que habían iniciado “era para toda la vida”. Se casaron en la iglesia de San Alfonso y hoy llevan 76 años de matrimonio.

Durante décadas, ambos trabajaron codo a codo para construir el hogar en el que que verían crecer a su familia. José Manuel trabajó en oficios como la albañilería, carpintería, pintura y herrería, mientras que María Cruz, combinaba el cuidado del hogar con múltiples labores como venta de pan o lavandería, para el sustento familiar.

“Yo para conservar mi hogar y para tener a mi mujer con salud nunca la he tratado mal y tampoco he tratado mal a mis hijos”, expresa José Manuel, una filosofía de vida que se hizo eco en la educación de sus cinco hijos, quienes hoy comparten con orgullo una familia que incluye a 19 nietos y 26 bisnietos.

Secreto

El secreto de esta longeva unión radica en la amistad y el respeto mutuo. José Manuel confiesa que, ante las tensiones o discusiones, optaba por retirarse para evitar peleas, una decisión que permitía retomar la calma y luego conversar.

Pero también, nunca se han separado ni se han distanciado. José conoce el carácter de María y ambos han sabido ceder cuando ha sido necesario. “Hoy en una pequeña pelea se acaban los matrimonios. Yo les diría a las parejas jóvenes que se respeten», dice José, quien se conserva lúcido y se mantiene activo.

La pareja ha formado una familia numerosa, con cinco hijos que encarnan el compromiso que sus padres han cultivado durante 76 años de matrimonio. El mayor, Luis Eduardo, tiene con 75 años; le sigue su hermana María Aidita, de 69; Segundo Heriberto, de 67 años; José Rolando, de 64 años; y Manuel Cornelio, de 61 años.

Manuel Cornelio señala que la dedicación al trabajo y la constante actividad han sido claves para la buena salud de José y María.

“Ambos se cuidan mutuamente: cuando uno necesita su medicina, el otro está allí para recordarle la hora de tomarla. Esta complicidad se ha mantenido, incluso durante la pandemia y nunca se enfermaron con el virus”, dice Manuel Cornelio.

Actualmente, la familia se reúne cada mes, organizan un bingo y cada año celebran el Carnaval. En 2023, celebraron las “bodas de diamante”, una conmemoración que recogió en discursos emotivos y anécdotas, la esencia de una vida compartida.

Después de tantas décadas juntos, han superado dificultades, siempre acompañándose tanto en los momentos buenos como en los más difíciles. José y María, con 76 años de matrimonio, continúan su camino juntos “en cuerpo y alma”. (PNH)-(I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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