La reelección del presidente Daniel Noboa con cinco millones quinientos cincuenta mil votos y más de un millón doscientos mil votos en relación a su oponente, demuestra la contundencia del triunfo electoral, ameritado por una gestión previa cumplida dentro del sistema democrático y que augura para el Ecuador un período de cuatro años de servicio eficaz, paz y desarrollo integral, lo que es posible afianzar, siempre y cuando prime el interés superior del bien común, desde luego en el oficialismo como en la oposición. Las pretensiones tormentosas que alientan el sector radical de la CONAIE, Pachacútec como RC5 encapsulada en la Asamblea con una segunda minoría no deben reiterarse ni tampoco agitar las ciudades y campos como aconteció en tiempos aciagos.
Quizá es una quimera de la visión del realismo mágico, pero allí está la denuncia atrabiliaria de fraude al sostener que existen tintas que caminan y plantear con abuso del derecho la nulidad de las elecciones, cuando el CNE proclamó los resultados verificados por la OEA y la UE. Increíble tal dislate que distorsiona la política en su ejercicio de servicio al bien común.
Debemos pensar y actuar, todos, en la cultura cívica del Estado de Derecho.
El proceso histórico continúa.
Ahora mismo el presidente Noboa está realizando una importante visita a España, Francia, Reino Unido, Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, con previsión de Qatar en un futuro próximo, con la finalidad de ampliar los mercados de nuestros productos especialmente por los bajos arancelas, y en una perspectiva de largo aliento establecer vínculos empresariales, inversión de capitales, tecnología y aplicación científica con la visión en el incremento de la producción nacional, gestación y ampliación de fuentes de trabajo, educación, salud, conectividad, formación profesional con especial énfasis en la IA, seguridad ciudadana y cooperación internacional para superar el crimen internacional que causa tanto daño. Serán cuatro años de grandes desafíos y logros inéditos. (O)