Saber decir gracias

Vivianna Bernal Estrada

Cuando somos beneficiados de alguna manera, el sentimiento de felicidad toma fuerza y adquiere voz para pronunciar un simple “gracias” y en torno a esa palabra gira una única oportunidad bilateral, tanto para quien ayuda como para quien la recibe, un ejercicio de pura reciprocidad que se da entre personas que mantienen o no un vínculo cercano.

Saber dar las gracias activa emociones que se expresan con sonrisas, lágrimas o asombro, muchas de las veces acompañadas de un abrazo “rompe huesos” y conforme se eriza la piel, el gracias es más significativo; saber decir gracias es manifestar el acto de buena fe de quien avivó, así sea por un instante, el bienestar emocional de alguien más y en ciertas ocasiones, sin siquiera imaginarlo.

Entre el dar y el decir, debemos atesorar ese favor como un don, lejano de todo cuestionamiento e invaluable en todo su sentido; recibir a manos llenas sin egoísmo ni vergüenza alguna, debe ser el estímulo hacia un nuevo estilo de vida.

Que jamás en la vida, en cada espacio cotidiano, en cualquier lugar fortuito o en el curioso compartir con la gente, se extinga ni la valentía para pedir ayuda, ni la oportunidad para ayudar. Una vida sin emociones, sin memoria y sin sentido no es una buena vida para ninguno; mientras que, una vida con propósitos, dadivosa en su forma y soberana en su voluntad, es una buena vida para muchos.

Abrazar cada oportunidad es también decir gracias. (O)

Lcda. Viviana Bernal

Servidora de carrera y profesional en temas de género, violencia y seguridad ciudadana. Realiza asesoría a través de su marca personal “Soy Violeta”.

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