
Dos especies de ranas endémicas han sido halladas en áreas poco intervenidas de la franja oriental del Azuay despertando el interés científico. El descubrimiento es el resultado de un estudio con recursos internacionales para proteger a los anfibios en posible riesgo de extinción.
La investigación se desarrolla en los bosques y las áreas montañosas de los cantones Gualaceo y El Pan, ubicadas en el corredor de conectividad Sangay-Podocarpus. Este proyecto recibe financiamiento del Fondo de Alianza para la Conservación de los Ecosistemas Críticos (CEPF), involucrando a la Fundación Amaru, la Universidad Católica de Cuenca y a las comunidades aledañas a las áreas de estudio.
Especies de ranas en cantones Gualaceo y El Pan
La primera especie se encontró en una zona limítrofe de Gualaceo con el cantón Limón-Indanza (Morona Santiago) y se trata de las ranas Hyloxalus anthracinus, de la cual no se tenía registro oficial hace alrededor de 30 años. Mientras que, la segunda especie, en las montañas de Zapote Najda, de El Pan, y son las ranas Hyloscirtus tolkieni convirtiéndose en un segundo registro desde su primera ubicación en el año 2023 en el Parque Nacional Río Negro-Sopladora.
Juan Carlos Sánchez, herpetólogo e integrante del grupo de investigación, explicó que la especie Hyloxalus anthracinus habita cerca de pequeñas quebradas y cuerpos de agua limpia, mide hasta tres centímetros, de color café cenizo con manchas naranjas en los muslos y la parte ventral.
En cambio, la especie de ranas Hyloscirtus tolkieni se caracterizan por vivir en quebradas y cuerpos de agua más grandes, son robustas, pueden llegar a medir más de 10 centímetros, de color celeste verdoso grisáceo con manchas oscuras y amarillas.
Para Sánchez, con este hallazgo “urge” la implementación de acciones de conservación en los sitios de estudio a través de la protección de bosques y fuentes de agua. Las áreas deben mantener su estado natural, evitando la propagación de actividades antrópicas.
Necesidad de estudio en Azuay
Este proyecto surgió para desarrollar una estrategia de conservación a partir de la identificación de las características y salud de dos especies de anfibios amenazadas: Pristimantis balionotus y Pristimantis pycnodermis. Sin embargo, el hallazgo realizado en la fase de investigación de campo efectuada desde agosto de 2024 hasta febrero del presente año hace que se amplía para las dos especies encontradas y otras.
Luis Mario Moscoso, quien es investigador asociado a Fundación Amaru y coordinador del proyecto, dijo que, con los resultados, se trabaja en la elaboración de la estrategia iniciando con educación ambiental y talleres para sensibilizar sobre la importancia de los anfibios y el mantener las fuentes y la calidad del agua.
“La intención es contar con mecanismos para que la población conserve estas zonas, pero a cambio reciban algún tipo de beneficio que variará de acuerdo a las necesidades de cada sector”, asegura Moscoso para recalcar que la investigación demuestra la riqueza de anfibios en una franja que involucra a localidades de Azuay y Morona Santiago. -(I)
Analizan características de ranas y agua
El estudio que resultó en el hallazgo de las dos especies también evidenció algunas problemáticas en las zonas investigadas causadas por actividades antrópicas. El equipo de profesionales tomó muestras de la piel y heces fecales de estas y más especies de ranas, y de las quebradas y cuerpos de agua.
Jazmín Salazar, del equipo investigador y coordinadora del Laboratorio de Ecología Microbiana y Principios Activos (CIITTM) de la Universidad Católica de Cuenca, comentó que los análisis realizados a las especies reflejan de ciertos parásitos relacionados a animales domésticos. Asimismo, más del 50 % de ranas muestreadas presentan quitridiomicosis que es una enfermedad causada por un hongo.
Por otro lado, se detectó en algunas de las fuentes de agua que los parámetros de coliformes sobrepasan lo permitido por las normas, representando un riesgo para la salud de los anfibios y de las poblaciones ubicadas en el entorno. –(I)
DETALLES
– 3 etapas consta el proyecto: socialización- planificación, estudio de campo, y la elaboración de la estrategia. Las labores comenzaron en mayo de 2024 con el propósito de terminar en mayo de 2026.
– El fondo internacional cuenta como varios donantes como: Agencia Francesa de Desarrollo, Conservación Internacional, Unión Europea, gobiernos de Japón y Canadá, Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
– Las mujeres de las comunidades fueron las principales participantes del proyecto, quienes acompañaron a los técnicos para las investigaciones de campo para detectar a los anfibios.
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