Por favor, dialogar

En el ámbito político, dialogar cuantas veces sean necesarias vuelve enriquecedor el debate, se liman las asperezas, y hasta las controversias más radicales encuentran el camino, sino para el consenso, sí para llegar a acuerdos mínimos.

Solo los dogmaticos reniegan del diálogo; igual quienes buscan por todos los medios imponer su visión aun por la fuerza, acudiendo a presiones, mucho peor causando perjuicios a terceros.

Quienes utilizan las vías públicas para movilizarse, ¿tienen la culpa de las desavenencias entre la administración municipal de Cuenca y los sectores rurales?

Protestar es un derecho legítimo, amparado, además, en la Constitución.

Bajo este precepto, pobladores de algunas parroquias rurales de Cuenca han organizado sendas marchas para exigir al alcalde Cristian Zamora la derogatoria de tres ordenanzas municipales, cuya aplicación, según dicen, les impacta en su economía y socaba derechos sobre sus propiedades.

Lo hicieron la semana anterior en Cuenca, donde hicieron sentir su voz de protesta.

Sin embargo, ahora procedieron a cerrar al tráfico vehicular por la vía Cuenca-Molleturo-El Empalme. Por aquí circulan miles de vehículos a diario, causando grandes perjuicios económicos.  Además, la ley prohíbe, so pena de penalización, el bloqueo de carreteras.

Líderes parroquiales, comuneros, y todos quienes tengan o digan tener alguna representación popular, conjuntamente con la administración municipal, deben sentarse para analizar a fondo los problemas, los desacuerdos, los contenidos de dichas ordenanzas, causantes, por decirlo así, de la tensión social.

La falta de información, la tergiversación de los hechos, la interpretación poco razonable de artículos o disposiciones, al parecer está desembocando en acciones de violencia; pero también de empecinamiento y tozudez.

Si no priman otros intereses, lo más sensato es dialogar, una virtud única de los seres pensantes.

REM

REDACCION EL MERCURIO

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