Hace ya algunos años Eduardo Galeano señalaba que nunca se había visto tanta concentración de recursos económicos, de conocimientos científicos y tecnológicos destinados a la producción de la muerte. Cuando el Gobierno del señor Noboa planteó alzar el IVA en enero de 2024, justificó la medida como necesaria para destinar más recursos a la seguridad, si bien los gastos en Asuntos Internos y Defensa Nacional alcanzaron la cifra de USD 3781. Sin embargo, el despliegue militar en calles y cárceles bajo la figura de “conflicto armado interno” incrementó las disputas entre bandas, convirtiendo los primeros meses de 2025 en los más violentos registrados en la historia reciente del país. ¿Es suficiente “dar bala” para reducir el crimen organizado? En promedio, Ecuador registran 26.5 muertes violentas por día a escala nacional; existen, al menos, 37 grupos criminales activos localizados en las provincias costeras y su influencia alcanza a 150 de los 221 municipios; sus redes criminales llegan a Perú, Colombia y Chile. ¿Los sucesivos estados de excepción decretados en las zonas más violentas, han logrado contener la expansión del crimen? Ya lo dijo Gandhi “ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”. (O)
Send an email