¡No nos acostumbremos!

Parece que nos acostumbramos a los casos de corrupción dentro de la función judicial. Casi, casi pasan como una noticia más, hay tantos que se obnubilan entre ellos y el común de los mortales les presta poca atención o los pasa por alto –como al pronóstico del horóscopo-.

A ese estado de anomia estamos llegando, fastidia y molesta que “ya vuelta” se haga público otro juez corrupto. Se comenta que ya es el colmo, que barbaridad, a dónde vamos a parar y poco más.

Lo dicho no sería tan grave, si solo el pueblo llano quisiera hacerse de lado para no asquearse, sabiendo que poco o nada está en sus manos; lo peor es que los que pueden o deben hacer algo miren para otro lado o guarden silencio ¿haciendo espíritu de cuerpo?

Frente a la destitución del ex Juez de Garantías Penitenciarias de Cuenca, Fabián Romo, surgen algunas preguntas: ¿sin la denuncia de los Asambleístas se hubiese seguido el proceso?,  ¿la presidente de la Corte Provincial y el del Colegio de Abogados del Azuay, aún sostienen que en la Función Judicial del Azuay no hay jueces corruptos?

Se escucha, que el problema no es la ley o la falta de ella, pero puede ser parte de la solución, en casos como el señalado debería existir al menos la prohibición expresa de volver al sector público, la de ejercer la profesión de abogado de por vida, e incoarse obligatoriamente el procedimiento de extinción de dominio. (O)

Dra. Tatiana Neira

Doctora en Jurisprudencia y Abogada. Docente universitaria y ciudadana comprometida con la defensa de los Derechos Humanos. Articulista de medios de comunicación.

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