
Un miembro de la Armada de Ecuador fue detenido el lunes 7 de julio de 2025 tras intentar ingresar al menos doce tarjetas SIM para teléfonos móviles y unas quince cajetillas de cigarrillos a la Cárcel Regional de Guayaquil, según informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la agencia del Estado que administra las prisiones.
El militar fue detenido durante los controles de ingreso al centro penitenciario, después de que se detectó que trataba de entrar con artículos que están prohibidos. El SNAI indicó que una investigación ya está en marcha.
La Armada, por su parte, señaló en un comunicado que inició un proceso de sanción hacia el uniformado, «retirándolo de su puesto de trabajo» y que también inició un proceso investigativo para esclarecer el hecho, «sin perjuicio de las acciones legales que se puedan instaurar».
Además, la institución indicó que brindará todas las facilidades a las autoridades competentes para las investigaciones y los trámites de ley correspondientes y añadió que quienes actúen o realicen actividades «alejadas a los valores institucionales» deberán someterse a procesos administrativos disciplinarios de acuerdo a los reglamentos y leyes militares vigentes.
Procesados por la fuga de alias Fede
Hace unas semanas, diecinueve militares fueron procesados por su presunta participación en la fuga del narcotraficante Rolando Federico Gómez Quinde (‘Fede’), líder de la banda Los Águilas, quien salió de la Penitenciaría del Litoral, la prisión más grande y peligrosa del país, con la aparente ayuda de miembros de las fuerzas de seguridad.
Las cárceles son parte de la crisis de violencia que conllevó al país a situarse a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a ordenar su militarización desde inicios de 2024 cuando declaró la «guerra» a las bandas del crimen organizado y las catalogó como «grupos terroristas».
Hasta ese momento las bandas criminales controlaban las principales cárceles del país, donde desde 2021 han sido asesinados más de 500 reclusos, la mayoría de ellos en una serie de masacres por enfrentamientos entre distintas estructuras criminales. (I)