
La Catedral de la Inmaculada Concepción, símbolo del turismo y la arquitectura cuencana, está en proceso de mantenimiento preventivo. Durante dos años, se prevé realizar los trabajos, los cuales tendrán un valor cercano al medio millón de dólares.
Con esas obras se prevé intervenir en pequeñas fisuras y microfisuras que han provocado filtraciones, hongos y musgo que dañan la infraestructura. Hasta la fecha se han invertido 150.000 dólares de los 450.000 con los que se cuentan para toda la intervención.
Juan Izquierdo, quien está a cargo de la intervención en la Catedral Nueva, encabezó un recorrido por la Catedral para mostrar los daños provocados por la humedad. Previamente, se hizo un estudio de georadar para establecer la ubicación de las fisuras.
Desde la Curia de Cuenca, se pidió ayuda a los ciudadanos para apoyar en el mantenimiento del bien patrimonial. (I)