El congreso de la CONAIE que mañana elegirá a su presidente para los próximos tres años, se convierte en vital para la organización, que ha vivido un período de fanatismo ideológico, incluido un año adicional de funciones de Leonidas Iza y la corte de Guillermo Churuchumbi a quienes deberán evaluar con rigor, e identificar las causas por las cuales, el movimiento se partió varias veces al frenesí de las decisiones políticas y los afanes personalistas de sus cabecillas.
Hace tantos años que la CONAIE y su brazo político Pachakutik dejó de tener a dirigentes de fuste como Nina Pacari o Luis Macas, recordados por su elegante postura para llegar a diálogos fructíferos con los diversos actores de pensamiento ideológico diferente, motivados por la búsqueda de mejores días para un sector pauperizado y olvidado desde siempre.
Ellos, recordados dirigentes, antes ni hoy han aplaudido los paros violentos de 2019 y 2022 que dejaron pérdidas al país de más de 3.000 millones de dólares, una secuela de desolación y muerte, más los actos terroristas llenos de un vandalismo solamente visto en el cine, cuando quemaron las instalaciones de Teleamazonas y la Contraloría General del Estado. Destrozos de monumentos, carreteras, intervención en fuentes de agua y sacadas a golpe limpio a sus propios compañeros de una plantación de flores, para que se adhieran a sus propósitos funestos.
Pero no solamente deberían razonar sobre los episodios vandálicos de un grupo de violentos seguidores del mariateguismo de Iza, sino también, los actos de corrupción de Rosa Cerda quien dijo en la Asamblea nacional (AN) que, si “quieren robar, roben bien” cuando su colega Joel Abad fue sorprendido pidiendo “aportaciones voluntarias para no hacer aparecer como diezmos porque eso le podría costar el puesto”. Una clase política de lo último, un grupo de hampones disfrazados de representantes del pueblo.
Los informes para exponer en este VIII Congreso de la CONAIE, y las resoluciones que marquen su camino de trabajo del próximo Consejo de Gobierno, no deberán abstraerse de recordar aquellos capítulos negros cuando la Fiscalía y Policía allanaron 32 inmuebles en Cotopaxi, deteniendo a 9 personas incluyendo a Jorge Guamán, el prefecto provincial, cuya representatividad en PK es “notable”. Guamán ha sido investigado por peculado, testaferrismo, concusión, enriquecimiento ilícito privado no justificado, y tráfico de influencias.
También debería Churuchumbi referirse en su informe a aquella descabellada propuesta llamada “proyecto de ley” presentado por Fernando Cabascango Collahuaso representante de Pichincha en la AN, quien pretendió se exonere de responsabilidad penal a aparentes líderes sociales que supuestamente defienden los derechos colectivos y comunitarios y que bien sabido es, cometen actos delictivos, buscando pasarse a la justicia por las “galletas”.
El problema es que hay cinco candidatos entre ellos Iza para la reelección, y el tristemente célebre Marlon Vargas de la Amazonía. Si cualesquiera de los dos ocuparan la presidencia de la CONAIE, la oposición beligerante y el manejo violento disfrazado de “oposición militante” serían catastróficos para el país. (O)