Narancay Alto está ubicado en la Panamericana Sur, en el kilómetro 2. Tiene aproximadamente 16.000 habitaciones, según el censo de 2010. Pertenece a la parroquia de Baños, con una temperatura media de 12 grados, y forma un sector comunitario junto con Minas, Huishil, Misicata y Nero, de donde proviene el agua potable para Cuenca.
Narancay Alto se une con Nero, donde predominan los pastizales andinos para el ganado vacuno. Existen árboles de eucalipto, un bosque nublado montano y matorrales siempre verdes, junto a una gran riqueza de especies arbustivas que albergan helechos, musgos y orquídeas. Se destacan el arrayán, el cedro, el ceibo, y en los huertos de las casas de campo, las plantas medicinales.
En El Narancay Alto, en sus casas de campo, existen gallinas, cuyes, cerdos, vacas, muchos caballos, perros y borregos. Entre los animales silvestres hay conejos y venados. En sus bosques habitan colibríes, mirlos, pavas andinas, torcazas, tórtolas, búhos y murciélagos, entre otros.
Esta amplia zona vecina a Baños limita con el río Tarqui. También posee paisajes muy hermosos. En la zona alta, pasando por Nero, se llega a Yanasacha, un encantador pajonal helado a 4.200 metros de altitud. Allí, mi abuelo tenía una casa de hacienda, desde donde, por medio de un canal de riego, llevó el agua a su otra hacienda en El Narancay, agua que luego donó al proyecto Nero.
Mis hijos tienen sus casas en El Narancay, donde se vive como en la misma ciudad, pero a la vez en pleno campo. Desde sus patios se aprecia una hermosa vista de Cuenca y de la neblina que atraviesa el valle, la cual en ocasiones cubre sus casas. Con frecuencia, se encuentran con amigables venados, que ayudan espiritualmente a conectarse con la naturaleza. Por las noches, los acompaña el croar de los sapos, el canto de enormes búhos y el relinchar de los caballos.
El Narancay es, sin duda, un lugar amable y precioso que invita a respirar aire puro, lleno de paz. (O)