Según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza bajo el control del movimiento islamista, Hamás informó que: el número de fallecidos supera los 60.000 y hay 145.870 heridos desde el inicio del conflicto con Israel, el 7 de octubre de 2023.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU alertó sobre el DESASTRE HUMANITARIO que se vive en Gaza comparándolo con las grandes hambrunas de Etiopía y Biafra en el siglo pasado.
Una vez más , me permito escribir sobre la tragedia de los habitantes de la de Gaza que luchan contra la cruel agresión de Benjamin Netanyahu primer ministro de Israel, cuya brutal agresión ha sido condenada por el mundo entero; y lo hago porque me parece espeluznante, que frente a este genocidio la comunidad internacional, se mantenga mirando los efectos políticos que tendrían en su naciones cualquier acción a llevarse a cabo en la Franja de Gaza con el objeto de liberar a su habitantes de devastador ataque del ejército de Israel, cuando la prioridad debe ser salvar vidas.
Van veinte y dos meses del conflicto, y no cesa el llanto en Gaza, las madres continúan enterrando a sus hijos y entre sollozos dicen: duerme mi pequeño, descansa hijo mío, dulces sueños hallará tu alma que no teme a la terrible oscuridad y al ruido implacable de las armas genocidas.
Junto a las blancas mantas que cubren los cuerpos de miles de hermanos gazatíes, se encuentran centenares de huérfanos que suplican que manos bondadosas abriguen sus delgados cuerpos; sufren hambre y frío. Viudas trémulas de miedo deambulan entre los escombros de lo que fueron sus míseros hogares.
Ante la magnitud de tragedia en la Franja de Gaza, la población civil, se interna en los desiertos de Gaza, escuchando el llanto de su devastado país, asciende a las colinas sobre las que la naturaleza había desplegado sus atractivas galas; en el camino medita sobre el futuro de su país usurpado por las fuerzas de la ambición y de la codicia, y siente que sus vidas están identificadas con la lucha y el sufrimiento, pues prefieren morir de pie que vivir de rodillas.
Para recuperar nuestra propia vida, dignidad y libertad, tenemos que pasar por tres puertas: la de la ira, la del dolor y la del sufrimiento.
Considero que las NNUU, no puede darse por satisfecha solamente haciendo informes sobre la matanza de inocentes. Tiene que buscar nuevas y certeras formas de parar el genocidio.
Los seres humanos llegan a destruirse por cosa mundanas, aprendamos a buscar y a abrazar la antorcha del amor para purificarnos en su fuego y alejar la inhumanidad de nuestros corazones.
La paz no nace por decreto o generación espontánea, se la edifica día a día, sobre la verdad y la justicia que son sus bases sólidas. (O)