En la actualidad, preocupa en todo el mundo la muerte de las abejas en grandes cantidades, ya que afecta al medioambiente. Las causas son varias. La primera que salta a la vista es el uso de químicos en la agricultura. Los investigadores afirman que los neonicotinoides afectan la orientación de las abejas, impidiéndoles encontrar las colmenas. Otro estudio señala que la expansión urbana y la deforestación han eliminado las flores de las cuales se alimentan. Asimismo, el cambio climático está influyendo con sus intensas olas de calor y de frío, alterando directamente la floración y dificultando que las abejas encuentren su alimento: el néctar.
Otra investigación indica que un ácaro se adhiere a las abejas y estas transmiten virus que pueden acabar con la colmena. También se advierte que las abejas obreras y las reinas están desapareciendo, sin conocerse aún la causa; se cree que podría deberse a la contaminación del agua y del aire. Los científicos de todo el mundo están muy preocupados, ya que las abejas polinizan más del 70 % de los cultivos alimentarios —como frutas, verduras, café o cacao—, y su desaparición afectaría gravemente la producción de alimentos. Pero lo peor es que también pondría en riesgo la biodiversidad.
Ante este grave problema, es necesario prohibir los pesticidas tóxicos y fomentar la agricultura ecológica, además de expandir la siembra de flores nativas, protegiendo bosques y áreas naturales. Frente a esta situación mundial, debemos cuidar a nuestras “queridas abejitas”, entendiendo primero cómo funciona una colmena, protegiendo a las abejas reinas y a las obreras, pues el papel de la reina es fundamental.
Mantener una colmena en el jardín no es difícil. La crianza y el manejo de abejas para aprovechar la miel y cuidarlas resulta muy agradable, porque incluye también la atención a las flores, que son tan hermosas para la vista, y, al mismo tiempo, contribuye al equilibrio de los ecosistemas. (O)