No cabe ninguna duda. Seguimos pensando en que él que más grita es dueño de la razón, él que más gestos de odio hace es el amo de la verdad, él que más incita a la violencia y al caos es el líder más valiente y temerario. Continuamos practicando el viejo juego de infringir las normas y los reglamentos, y que mientras en mayor grado lo hacemos, nuestras prácticas son mayormente dignas de reconocimiento y elogio. La mala fe, con la mentira como punta de lanza, sigue siendo el arma preferida de muchos atormentados discípulos de Goebbels, que aplican sus preceptos sin sombra de escrúpulos.
Y es que, lamentablemente, movilizaciones como las que se encuentran viviendo algunas provincias del país en la actualidad, con cierre de carreteras, con daños a la propiedad pública y privada, con seria alteración de la vida cotidiana y con significativas pérdidas económicas, sirven para desnudar nuestras debilidades como sociedad. Una sociedad en la cual, frente a un conflicto, lo razonable se convierte en la última arma para echar mano, mientras el tino y el equilibrio, la sensatez y la ecuanimidad, desaparecen del mapa y se transforman en piezas de museo.
No cabe ninguna duda. El “desmadre” actual solamente se explica en la multiplicidad de intereses de los diferentes actores políticos, verdadero “champús” que podría resumirse en lo siguiente: cada quién rema para su lado y se preocupa de su propio salvavidas. De donde salió sino el pedido de la CONAIE sobre que el presidente Noboa deje sin efecto la convocatoria a consulta popular? Que yo haya sabido, no se ha realizado ninguna consulta al interior de las bases de la organización indígena, para que ellos, la “voz del pueblo”, se pronuncien sobre el tema mencionado. Aquí, y como en otras prácticas perversas, se toma nomás el nombre del pueblo, de las utilizadas “bases”, para anotarse “un porotazo”, como se suele calificar en el argot de ciertas negociaciones, cuando se le hace pendeja a la otra parte. Y ya estoy viendo los “diálogos” que se vienen, comenzarán con la cansina cantaleta de que tales y tales puntos “no son negociables”. (O)