
En los casi dos años de mandato, el presidente Daniel Noboa ha realizado cambios constantes en las cúpulas, policial y militar, lo que ha generado inestabilidad, que los comandantes no cuenten con los grados necesarios para asumir los cargos de máxima jerarquía e incluso que no existan generales suficientes.
El caso más reciente es el de Iván Vásconez, quien el 1 de septiembre del 2025 fue parte de la renovación total de la cúpula militar, se lo nombró comandante del Ejército; pero, solo 26 días después fue removido del cargo y reemplazado por John Miño.
El reemplazo de Vásconez se dio después de que un convoy custodiado por militares, denominado “humanitario” por el Gobierno, en el que se transportaba alimentos y medicinas para los habitantes de Imbabura, fue atacado en Cotacachi por los manifestantes, en el interior iba el presidente Daniel Noboa y varios embajadores europeos.
Los cambios de cúpula militar
Desde noviembre del 2023, cuando Daniel Noboa asumió la presidencia de la República, realizó el primer cambio total de la cúpula militar, reemplazó al jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y a los comandantes generales del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
En abril del 2025 se dio un nuevo cambio, esta vez solo en la Fuerza Terrestre, Fernando Adatty dejó de ser comandante general y fue reemplazado por Henry Santiago Delgado.
El 1 de septiembre del 2025, el presidente volvió a realizar un cambio total de la cúpula militar, Henry Delgado fue nombrado jefe del Comando Conjunto; también se cambiaron los comandantes de las tres ramas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea).
En este último cambio se nombró a Iván Vásconez como comandante del Ejército, pero, apenas 26 días después fue reemplazado por John Miño.
Los cambios en la cúpula policial
En cuanto cambios en la cúpula policial, al inicio de su primer mandato, en diciembre del 2023, Noboa ratificó en la Comandancia General a César Zapata y aceptó la renuncia de cuatro generales, aunque se la pidió a 16 oficiales del más alto rango.
Finalmente, en agosto de 2024 Zapata dejó el cargo y Noboa nombró a Víctor Hugo Zárate.
El actual comandante de la Policía Nacional, Pablo Dávila, lleva en el cargo cinco meses, pero, su nombramiento se dio después de una época turbulenta en la institución, que incluyó el nombramiento relámpago de un comandante.
El antecesor de Dávila, Wilson Pabón, duró en el cargo solo unas pocas horas, el oficial reemplazó a Víctor Hugo Zárate, quien fue cesado después de que se hizo pública la inconformidad del alto mando por los pocos recursos que reciben del Gobierno, frente a las exigencias que enfrentan.
En la reestructuración del 2 de mayo de 2025, además del cambio de comandante general, se hizo un traslado de 48 oficiales, incluidos 6 generales, 42 coroneles y 1 teniente coronel.
Estos cambios y renuncias constantes en la cúpula policial han desencadenado en que el alto mando tenga apenas seis generales, a quienes el 6 de octubre se unieron los oficiales Cristian Tumipamba y Walter Villaroel, que fueron ascendidos por el presidente Daniel Noboa.
Unas fuerzas politizadas
Para Luis Altamirano, excomandante de la Fuerza Terrestre, los cambios constantes en las cúpulas militar y policial son una muestra de que estos organismos que, deberían ser técnicos, se han politizado y obedecen a los gobiernos de turno.
“El discurso político ha permeado a las fuerzas, pero esto no es nuevo, viene desde Lenín Moreno y Guillermo Lasso; ninguno de los comandantes ha durado los dos años que les permite la ley, están cinco o seis meses y salen, esto no solo significa un gasto para el país, que desperdicia personal calificado, sino que genera incertidumbre en el direccionamiento estratégico”, afirmó Altamirano.
Ascensos honoríficos
Como consecuencia de estos cambios constantes en las cúpulas policial y militar, según Almeida, se ha producido un problema: ningún general actual tiene el rango más alto como para asumir el máximo cargo, por lo que el presidente ha tenido que realizar ascensos honoríficos.
Este es el caso de Henry Delgado, actual jefe del Comando Conjunto, quien ostenta el rango de general de brigada, pero, para asumir el máximo cargo de las Fuerzas Armadas el presidente lo ascendió a general de Ejército, el cual tendrá mientras estén en este puesto.
Lo mismo se aplicó con Pablo Dávila, comandante general de la Policía Nacional, a quien el presidente Noboa le ascendió a general superior, pero, solo será mientras esté al frente de la institución.
“En Ecuador no existe una ley que garantice la estabilidad de los comandantes, en la mayoría de los países deben estar cuatro años, acá son solo dos; y para removerlos el presidente requiere de autorización de la Asamblea, eso genera contrapeso y evita el servilismo, además que evita los cambios constantes de dirección, en los que se pierden los esfuerzos”, afirmó Altamirano.