El teatro está llamando

Indagando sobre las bellas artes, se enumeran 7 en este orden: arquitectura, escultura, pintura, música, danza, literatura y cine. La primera, es el arte de proyectar y construir edificios. La siguiente, tener obras tridimensionales. Con la pintura se plasman imágenes, con la música hay sonidos, en la danza se mueve el cuerpo. La literatura es crear al escribir. Y el cine, el conocido séptimo arte, combina estos elementos para contar historias. Con cierto lamento, debo aceptar que no hace parte de la lista la bella arte escénica del teatro.

Por las definiciones previas, parecería ilógico que el teatro haya quedado fuera, pues abarca un poquito de todas las artes similar al cine. El cine incluye arquitectura, artes visuales basadas en la imagen, música, movimiento del cuerpo, la literatura que se transforma en guiones, y así varios elementos se aúnan en una película. El teatro, requiere del espacio físico de su nombre redundante (un teatro edificado), presenta escenografía y vestimenta acorde a la obra que generan esa presencia visual asociada a la arquitectura, esculturas de materiales diferentes a la arcilla, y fondos pintados para colocarnos en un momento o lugar que se transforma en algo mágico cuando lo presenciamos.

Cine y teatro requieren de público. Pero la dura palabra efimeridad explica por qué el teatro no es bella arte. ¡Qué fuerte que un arte desaparezca! Y es que una obra de teatro presentada, no vuelve a ser exactamente la misma en su siguiente puesta en escena. Además, la emoción generada con el teatro se consigue por las “entrelíneas” de la interpretación de actores como el lenguaje corporal o los gestos faciales que indican dolor, tristeza, alegría. Esa conexión con el público y la transmisión en sí de la obra, no permanece en el tiempo. Es propia de ese momento.

Entonces, ¿Quisiera usted ser parte de algo único? Por lo arriba descrito, el teatro nos otorga una especie de exclusividad. Lo que sintamos en el teatro, en el teatro se queda, pues tiene ese toque fugaz que ni la cámara lo engendra. El teatro nos está llamando en su arte, pero también nos llama el teatro edificado, ese que existe para y por la apreciación del público. Yo de usted, aprovecho estos días que tenemos en marcha el Festival Escenarios del Mundo. Recuerde, lo que ahí ve, no vuelve.  (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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