Octubre se tiñe de rosa para recordarnos que la lucha contra el cáncer de mama no es solo médica, sino también social y humana. Es un mes que invita a reflexionar sobre la importancia de la detección temprana, pero sobre todo, sobre el valor de la vida y el autocuidado. La prevención empieza con un gesto tan sencillo como el autoexamen, una cita médica a tiempo o una conversación que rompa el silencio.
Sin embargo, aún enfrentamos barreras: el miedo, la desinformación y el acceso desigual a servicios de salud. En muchos países, miles de mujeres no se realizan controles anuales por falta de recursos o por creer que -a mí no me va a pasar´ ¿Y si esa falsa seguridad puede costarles la vida? Hablar de cáncer de mama no debe generar temor, sino esperanza. Porque detectado a tiempo, tiene altas probabilidades de curación.
Este octubre, más que compartir un lazo rosa, recordemos que prevenir es un acto de amor propio y de responsabilidad con quienes amamos. El compromiso es de todos: gobiernos, empresas y ciudadanía. Que este mes no sea solo una campaña, sino el punto de partida de un cambio cultural donde la salud femenina sea prioridad, donde se escuche más, se informe mejor y se acompañe con empatía a cada mujer que enfrenta esta batalla con valentía. (O)
X: @monicabanegasc