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Síntomas de autoritarismo

¡Cuidado! Porque los actos del gobierno que se ubican en esa línea, son muchos y la tendencia a continuar por ese camino, se mantiene. Desde esos elementos de juicio, se podría pensar que se trata de una forma premeditada de gestionar el Estado que exige adhesión y no tolera el disenso.

Pese al grave riesgo que significa esta manera de administrar lo público, hay una suerte de asentimiento ciudadano con lo que se ha hecho y lo que se está haciendo. Esta reacción social puede explicarse por los efectos queridos y alcanzados por esa forma de ejercer el poder que se fundamenta en acciones propagandísticas diarias que posicionan el relato oficial, dejando de lado los aspectos sociales no resueltos que se mantienen y agravan con el paso del tiempo. Contribuye con esa reacción de la población frente a la acción gubernamental, la debilidad de la oposición que no tiene el peso suficiente para enfrentar la fuerza de un gobierno que ya controla gran parte de la institucionalidad pública y apunta a expandir ese dominio.

Son diversas las acciones gubernamentales que han evidenciado y evidencian el talante autoritario que comentamos. Menciono algunas de las más notorias como el trato que recibió la exvicepresidenta Abad o la advertencia proferida por el presidente cuando manifestó que es un pésimo enemigo. La enumeración de este tipo de acciones tomaría algunos párrafos. Esta realidad no es buena y permite presagiar radicalizaciones autoritarias.  

La convocatoria a votar en la consulta popular para la elaboración de una nueva Constitución, no está al margen de este escenario. Por el contrario, su intención es contar con un marco legal que legitime jurídicamente el control estatal por parte del gobierno. Por eso, es necesario debatir sobre lo que estamos viviendo y lo que se propone como futuro político para la sociedad. Los ciudadanos, las instituciones y las universidades -que ya no participan como antes- deben liderar los procesos de discusión cívica de la realidad actual del Ecuador. 

Los derechos de la gente y de la naturaleza están en riesgo. Debemos debatir, ahora, sobre esos y otros temas políticos, que son los que definen la forma de convivencia social, para que el gobierno rectifique, pues no se gestiona lo público desde la eliminación del desacuerdo. Por el contrario, se administra la cosa pública, desde la inclusión, el diálogo y el consenso, que pese a ser un camino mucho más complejo que el autoritario, es el único democrático. (O)

Dr. Juan Morales Ordóñez

Dr. Juan Morales Ordóñez

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