Rebeca es la gata que pasó de vivir en la calle, junto con sus cuatro crías, a coprotagonizar una película: Viejos Malditos.
La vida de Rebeca cambió cuando fue rescatada de una alcantarilla en Manta, provincia de Manabí, y fue llevada a un refugio en Quito.
La gata se transformó el gato, en Simón, el coprotagonista de Viejos Malditos, el primer largometraje escrito y dirigido por Xavier Chávez que, por primera vez en Ecuador y en Latinoamérica, se atreve a dar a un gato un lugar central en la gran pantalla.
Desde Argentina, el actor y entrenador de animales Walter Donado —reconocido por la nominada al Oscar Relatos Salvajes— había preparado gatos entrenados para el rodaje.
Pero, la pandemia cerró fronteras y puertas. Fue entonces cuando Donado sugirió un giro inesperado: contar con varios gatos similares para dar vida al personaje.
Un casting y el azar hicieron el resto: Rebeca, aquella gata rescatada en Manta, se convirtió en Simón.
Y sus propias crías, como ecos de su historia, fueron sus “dobles” en escenas específicas.
Así nació un coprotagonista inusual, cargado de simbolismo y vida propia, que comparte la pantalla grande con el actor Jaime Bonelli en su última interpretación.
Bonelli partió en 2024, sin alcanzar a ver la película terminada, dejando en el cine ecuatoriano un legado conmovedor.
Para Chávez, Viejos Malditos no es solo cine: es memoria. Un homenaje íntimo a sus abuelos y también a quienes, en la vejez, son relegados a las sombras de la indiferencia.
El 6 de noviembre del 2025, las salas de cine del Ecuador (Multicines, Supercines, Cineplex, Ocho y Medio, Sala Sur) abrirán sus puertas a una historia nacida de una alcantarilla, de un refugio y de un duelo personal, para transformarse en arte. (I)











