Luciendo delantales de cocina y sombreros para protegerse del sol, los devotos del patrono San Carlos Borromeo se congregaron ayer en la plaza central de Ricaurte. Allí instalaron carpas y grandes braseros con el propósito de preparar cerca de 3.000 cuyes asados para el deleite de miles de visitantes que llegaron a la parroquia.
Las vías de acceso al sector fueron cerradas al tránsito con motivo de las festividades religiosas, en cuyo marco se desarrolla el tradicional banquete del cuy. Este evento gastronómico, con más de 50 años de historia, une a los barrios y comunidades en una celebración de fe y confraternidad.
Las carpas y los braseros se instalaron junto a la plaza central, sobre la calle Antonio Ricaurte. Según Josué Bravo, presidente de la Junta Parroquial de Ricaurte, más de 30 sectores agrupados en ocho zonas participaron en el banquete del cuy, preparando los ejemplares donados por los propios vecinos.
Las zonas se organizaron con varios días de anticipación, ya que todos los recursos obtenidos de la venta del plato típico se destinarán a obras de mejora en la iglesia y la casa pastoral.
Tradición
En la carpa asignada a la zona 2, conformada por los barrios San Miguel, Los Ángeles, Cristo Salvador y Corazón de Jesús, un grupo de 10 personas se encargaban de asar los cuyes. Uno de sus integrantes, Miguel Baculima. de 66 años, contó que pronto cumplirá cinco años participando en el banquete el cuy, una tradición con la que agradece al patrono San Carlos por todos los favores recibidos.
Recuerda que fueron sus padres quienes le inculcaron esa devoción por la sagrada imagen que él también ha trasmitido a sus hijos y los nietos.
A diferencia de Miguel, hubo otras personas que participaron por primera vez en el evento. Isabel Guachichulca, comentó que, al formar parte de la directiva de su barrio San Francisco, tuvo la oportunidad de integrarse al banquete y vivir de cerca esta tradición.
La mujer, de 65 años, explicó que los preparativos toman varios días, pues los miembros de la directiva se reúnen para coordinar las actividades y luego recorren las viviendas de los vecinos en busca de donaciones de cuyes. “En esta ocasión reunimos muchos cuyes, cuya preparación toma tiempo, pero lo hacemos con gusto para la venta y en agradecimiento a nuestro patrono”, comentó.
Antes de la venta, los cuyes asados fueron bendecidos por el padre Vicente Zaruma, párroco de Ricaurte. El sacerdote, acompañado de las autoridades, recorrió cada carpa para agradecer a los participantes por su constante apoyo a la iglesia.
La festividad también incluyó un festival de danzas y un show musical que llenaron de alegría la jornada y contribuyeron a dinamizar la economía de esta parroquia del norte de Cuenca.
Amplia agenda religiosa

Una variada agenda festiva se llevó a cabo en honor al patrono San Carlos Borromeo. Las celebraciones iniciaron el pasado miércoles con el tradicional
concurso de faroles, marcando el inicio de varios días de alegría y devoción.
En el evento participaron estudiantes de distintos planteles educativos de Ricaurte. El jurado calificó la creatividad en la elaboración de los faroles, muchos de los cuales destacaron por incluir la imagen del patrono.
La programación continuó el viernes con el festival de acordeones. Mientras que, el sábado, se desarrolló el festival de floreras con la intervención de representantes de barrios y comunidades.
En ambos festivales se premió a los primeros lugares con incentivos económicos. Las festividades fueron organizadas por el Consejo Pastoral en coordinación con la Junta Parroquial de Ricaurte. –(I)
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