Sin inteligencia no hay seguridad: Milton Benítez, experto en seguridad

Milton Benítez es coronel en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) del Ecuador, exgobernador de Azuay y asesor en seguridad de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME).
Milton Benítez es coronel en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) del Ecuador, exgobernador de Azuay y asesor en seguridad de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME).

Milton Benítez es coronel en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) del Ecuador, exgobernador de Azuay y asesor en seguridad de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME).

Tiene licenciatura en Ciencias Militares y una maestría en Paz, Seguridad y Defensa por la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE). Es graduado del Colegio Interamericano de Defensa, en Washington D. C., en Seguridad Integral.

Cuenta con experiencia como gerente de Operaciones en la Empresa de Movilidad y Transporte (Trolebús), además de haberse desempeñado como consultor y capacitador en temas de seguridad ciudadana.

Ha sido jefe de Operaciones en las FF. AA.; decano y profesor de la ESPE; y catedrático de estrategia, seguridad nacional e inteligencia en la Academia de Guerra Naval Almirante Morán Valverde.

Cuenca vive un repunte de muertes violentas y ataques armados. Desde su perspectiva, ¿qué factores explican este pico de violencia en una ciudad que es considerada segura?

Falta planificación. No hay una planificación conjunta por parte de las autoridades. Si bien es cierto que la fuerza pública tiene su misión, que es el control del orden público, también está el Consejo de Seguridad Ciudadana (CSC), que debe fortalecer la seguridad mediante proyectos y el control de los espacios públicos. No existe esa articulación entre las autoridades; me refiero al gobernador de Azuay, el alcalde de Cuenca y el prefecto de Azuay.

En varios de estos casos, las autoridades han atribuido los hechos a bandas delictivas en disputa por territorio. ¿Qué evidencia hay realmente de esa pugna y qué grupos estarían operando en la zona?

De acuerdo con informes de inteligencia, tenemos un Grupo de Delincuencia Organizada (GDO) muy fuerte que domina 18 provincias del país, y una de ellas es Azuay. Aquí existe un boom inmobiliario y logístico, y eso resulta atractivo para estas organizaciones. Además, en cinco provincias de la Costa hay estado de excepción, lo que provoca que los grupos delincuenciales migren a ciudades consideradas tranquilas.

¿Cómo evitar que migren a Cuenca?

Con inteligencia. Está fallando la inteligencia. Las operaciones de inteligencia son fundamentales para cualquier planificación. No he visto que en esta ciudad se realicen reuniones de las comunidades de inteligencia; antes era común, y eso permitía tener monitoreada la ciudad. Para desarrollar inteligencia se necesitan recursos, y veo que no los hay. Por eso se requiere el apoyo de todos, incluyendo el de los sectores productivos con sus cámaras…

¿Han funcionado los planes de seguridad?

No he visto un plan provincial de seguridad por parte de la Prefectura del Azuay ni de la Gobernación del Azuay. En el caso del Municipio de Cuenca, el último plan elaborado corresponde al período 2023–2025. Ahora tenemos otro escenario, y la planificación debe adaptarse a esa nueva realidad.

Usted advierte que no hay una coordinación adecuada entre el Ejecutivo y los gobiernos seccionales. ¿Cree que esta disputa debilita la respuesta en seguridad?

Sí. La fuerza pública necesita bastante logística; por ejemplo, mejorar el parque automotor. El Consejo de Seguridad Ciudadana maneja un presupuesto de alrededor de 3.600.000 dólares, provenientes de la tasa de seguridad, y puede apoyar para cubrir esa logística. Sin un buen respaldo logístico no hay un trabajo operativo efectivo en materia de seguridad.

¿Qué efectos tiene esa falta de unidad institucional en la percepción de seguridad ciudadana?

Eso alimenta la percepción de inseguridad. Nos sentimos inseguros: en dos meses prácticamente se han registrado 12 asesinatos, y eso hace que Cuenca, que era una ciudad muy tranquila, ahora tenga este pico de violencia. La preocupación es mayor porque el último sicariato ocurrió en la avenida Ordóñez Lasso, una zona considerada segura. Aquí el llamado es a las autoridades, para que el esfuerzo conjunto de todos se enfoque en la seguridad.

En términos operativos, ¿qué tipo de estrategia debería implementarse de inmediato para contener esta escalada de violencia?

El patrullaje conjunto, para mejorar el control. Deben realizarse operaciones coordinadas entre la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y las dependencias de los gobiernos seccionales, junto con entidades del Ejecutivo como la Intendencia General de Policía. Con esa articulación se obtendrán mejores resultados.

Considerando el contexto nacional, ¿Cuenca está replicando patrones de violencia que antes se veían en Guayaquil y Esmeraldas, o su dinámica criminal es distinta?

Se están replicando los patrones. Así empezaron esas ciudades. El principal problema aquí es el microtráfico, y ya se están disputando el territorio por ese motivo. La ciudad se ha vuelto atractiva para eso…

¿Por qué?

Porque existe un boom de la construcción, y la mano de obra no calificada proviene principalmente de otras ciudades e incluso del extranjero. A veces los constructores buscan la mano de obra más barata, y con ello surgen los tugurios y las llamadas “camas calientes”. Ese es un escenario ideal para el microtráfico.

¿Qué mensaje enviaría a las autoridades locales y nacionales sobre la urgencia de trabajar con un solo frente en lugar de confrontarse mientras la violencia escala?

Hay que seguir el ejemplo de Europa: ellos dicen que la seguridad viene con desarrollo y paz. La seguridad es prioritaria y es responsabilidad de todos, no solo del Ejecutivo ni de los gobiernos locales. Hay que aprovechar algo que tiene Cuenca: el ciudadano se identifica con ser cuencano, tiene sentido de pertenencia y un fuerte sentimiento de solidaridad. Eso permite lograr una mejor organización.

Se insiste en que la cárcel de Turi incide en el incremento de violencia en esta ciudad. ¿Usted considera que esto es así?

Creo que la cárcel de Turi siempre ha tenido influencia. Desde mi punto de vista, es el puesto de mando y control que utilizan los GDO para planificar sus operaciones. Desde allí se coordinan actividades de microtráfico y extorsión. Debe existir un mayor control. Lo que queremos es que la cárcel de Turi sea de carácter regional y local; esa es una tarea para los asambleístas.

En las últimas semanas, en la provincia de Cañar, que limita con Cuenca, se han hallado varios cuerpos con mensajes de advertencia, una señal de violencia que no era común en la zona. ¿Qué lectura hace usted de este fenómeno?

Cañar tiene otra dinámica. Allí existe un GDO en La Troncal, donde ha aumentado la ola de sicariatos. La presión de la Policía Nacional hace que esos grupos migren hacia la ciudad de Azogues.

Frases

“Falta una planificación conjunta por parte de las autoridades para hacer un solo frente contra la inseguridad”

“El estado de excepción en las ciudades de la Costa hace que los delincuentes migren a ciudades que consideran tranquilas…”

“Sin un buen apoyo logístico no hay un trabajo efectivo en las operaciones de seguridad…”

“La seguridad es de todos, no es solamente del Ejecutivo, ni de los gobiernos locales…”

“Hay que aprovechar algo que tiene Cuenca, aquí el ciudadano se identifica con ser cuencano…”

Christian Sánchez Mendieta

Christian Sánchez Mendieta

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