Desprecio

En la literatura del mundo se encuentran algunos ensayos y novelas que muestran un sentido de desprecio que una persona o grupo social puede llegar a tener por otra. Se observa que el eje psicológico juega un rol importante, pero, además, la ausencia de principios y valores, de comprensión de vida y de sentido de lo humano. De respeto a la humanidad. Claro. El problema es cuando aquello sucede fuera de las novelas y se presenta en la realidad.

La novela El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, describe un mundo de élites con una tensión que incrementa entre el repudio a lo ostentoso y, a la vez, una especie de fascinación y desprecio moral por lo que se cree menor. Los hermanos Karamázov, de Dostoievski, narra una relación familiar marcada por el desprecio recíproco entre padres e hijos, y entre hermanos. Una trama de lo existencial y sentido de lo profundo. En El retrato de Dorian Gray, de Wilde, se presenta un desprecio elegante y cínico hacia la moralidad victoriana. En Madame Bovary, de Flaubert, publicada hacia 1857, se manifiesta un desprecio a la mediocridad y a la vida provinciana.

Las interpretaciones más difundidas del libro El proceso, de Franz Kafka, se han inclinado a sostener que en él nace una especie de construcción jurídica —mejor dicho, un imperio de un Derecho insensible— que no mira, que no observa, que da la espalda, que desprecia a la organización social y al individuo en sí mismo. El libro Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, habla de un desdén social hacia el destino de Nasar, a quien matarían pese a su apariencia de inocencia. Nadie hace algo efectivo para salvarlo. Hay indiferencia.

Pero hoy la realidad tampoco es muy distinta. Es lo grave. El desprecio a una sociedad o a la dignidad de las personas también tiene nuevas formas de expresarse. Mentir o engañar a la sociedad. Generar una falsa realidad o percepción. Usar las redes sociales para confundir. Decir que la culpa de todos los males de un Estado está en un enemigo inventado que no lo es. Denigrar y dañar. Mostrar apariencias que no son. Atacar a la conciencia y a la inteligencia de la gente. Es cruel. Es burlarse. Es desprecio. (O)

@jchalco

Dr. José Chalco

Dr. José Chalco

Doctor Ph.D. en Derecho, Magister en Derecho Constitucional. Abogado de los Tribunales de Justicia de la República. Profesor Titular de Derecho Constitucional en la Universidad del Azuay. Profesor de posgrado.
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