Y no, no crea que está en el mercado. Más bien puede que haya estado en uno de los eventos organizados por el Municipio de Quito. En un principio parece normal. Las administraciones locales suelen organizar ferias de comidas típicas para que la ciudadanía disfrute de los sabores tradicionales.
Pero, pero, pero. Como siempre ocurre en el Ecuador, algunos concejales fueron a rebuscar en el famosísimo portal de compras públicas y detectaron que la Alcaldía de Quito iba a pagar por un platito de hornado nada más y nada menos que 15 dólares. Sí, como leyó, 15 dolaritos por un plato de comida que en un mercado no pasa de los 5 o hasta 8 dólares.
Y claro, como no podía faltar, se armó horrendo rollo y al final la administración municipal se vio en la obligación de dar de baja el contrato. Entiendo que las municipalidades o prefecturas se esmeran por ofrecer a sus ciudadanos unas lindas fiestas y que conmemoren sus fechas cívicas con eventos que estén a la altura.
Pero no sé desde cuándo estas entidades se convirtieron en productoras de eventos. Recuerdo que en mis tiempos de juventud las empresas organizaban ferias con emprendedores locales y bandas de la ciudad. Es más, esas fechas eran motivo para el intercambio cultural y para conocer a los nuevos artistas emergentes.
Pero, híjole, ahora las empresas públicas se gastan millones de dólares en conciertos internacionales, certámenes de belleza, juegos pirotécnicos, iluminación y sonido con tarimas para artistas como Shakira. Y claro, en algunos lugares no llega ni el agua potable. Esos son los grandes cuestionamientos a las autoridades que, con dar circo y pan al pueblo, desvían la atención de las pésimas administraciones. (O)







