El silencio hace daño

Guardar silencio o difundir excusas tibias ensombrecen al gobierno.

Si tanto se precia de ser transparente no puede escamotear la verdad, esquivar el trabajo investigativo del buen periodismo, cerrar las puertas a la fiscalización desde el Legislativo; tampoco debe remitir justificativos banales si de por medio existen denuncias de potenciales irregularidades.

Por citar un ejemplo puntual, todo cuanto ocurre en el ámbito de la salud pública debe ser asumido no solo con responsabilidad administrativa, sobre todo con la verdad, así resulte una señal inequívoca de que se falló.

No hay una sola respuesta en firme en cuanto a la contratación de la empresa HealthBird. En asocio con la Corporación Nacional de Telecomunicaciones debía implementar un sistema digital de gestión hospitalaria. Pero solo cunde el silencio, pese a estar en juego $ 37,7 millones. 

La fiscalización desde la Asamblea Nacional ha fracasado. O se les resta calidad moral a quienes quieren hacerlo, o el oficialismo busca una tangente para desviar la atención.

Ante denuncias hechas por la Comisión Nacional Anticorrupción, la vicepresidenta María José Pinto, encargada del Ministerio de Salud, responde de manera birlezca. Las explicaciones e información pedidas por la CNA, dice la segunda mandataria, “no se enmarcan dentro de las competencias asignadas a esta Vicepresidencia”.

Cuando menos ha respondido algo, y ya es sometido al juzgamiento de la opinión pública nacional.

En otros casos, el silencio total reemplaza a la transparencia. Todo el gobierno se alinea a esta política de avestruz. Bajo esta lógica, ante cualquier denuncia, pedido de información, intentos por fiscalizar, no da la cara, espera el paso de la tempestad, busca cualquier elemento distractor o crea enemigos.

De esta forma, la credibilidad del gobierno está en juego; pero parece no entenderlo.

REM

REM

REDACCION EL MERCURIO
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