Le botaron a Marcela

Hay que ser bien necios para no entender este intríngulis de los de la RC de línea dura y los “soft” que ya se cansaron del edicto proveniente de Bélgica. Si la foto de Lourdes Tibán con Marcela Aguiñaga terminó de enloquecer al capo, no se diga la aparición de la prefecta de Cotopaxi sentenciando que, en este tiempo, el km de carretera sólo cuesta el 25% frente a los pagos de 2014, por ejemplo, de la famosa vía Collas para conectar Quito con su aeropuerto internacional en Tababela.

Marcela se despidió. Se fue con lágrimas; con la voz entrecortada le dijo adiós a su “amigo” quien le botó de la casa en un ataque paranoide. Los más perspicaces creemos que tiene su propio norte político, y se va para ser parte del proyecto del “Quinto Puente” en Guayas, obra emblemática que luego de más de siete años de promesas incumplidas, al fin ha comenzado bajo el liderazgo del presidente Noboa, y la gestión de un hombre de territorio como el ministro Luque.

Ella sabe que, si hace una buena gestión, su nombre será reconocido para la posteridad en esta inversión de cerca de mil millones de dólares. Pero primero deberá reelegirse como prefecta bajo el auspicio de “otros” rivalizando con los del clan, llámense Blanca López, la ex vicealcaldesa de Guayaquil, o Ricardo Patiño cuyo perfil no merece el mínimo análisis, quienes ya tienen la bendición y el peso dedocrático de Correa.

En nuestra parroquiana política, los afanes desestabilizadores abundan. Miserables son quienes detienen el progreso y la mejoría de las condiciones de un pueblo; quienes no discrepan con inteligencia y altura ante las ideas de sus propios coidearios, convirtiéndose en alacranes de cola larga. Pero, además, con un totalitarismo enfermizo, invitan al desgrane de sus bases, de aquellos “tibios” que expresen mínimas diferencias con su “ideología y sus principios”. ¿Cuáles? ¿los del narco Estado de Maduro?, ¿la de los sobreprecios, la teoría de la fuga, la de la invisible refinería del Pacifico, el come cheques y los pativideos?

Para no decir que la gente habla de temas fofos, deberían revisar la política de nuestro país a través de filtrar las noticias, analizar sitios web serios, dejar de creer en troles, en influencers de lo último, en especulaciones, en el desparpajo de los resentidos sociales que se prestan a comentar acontecimientos sin tener una pájara idea técnica, ni un sustento medianamente científico de la historia.

Felicito a Marcela Aguiñaga por haberse desprendido al fin de esta esclavitud moderna con persecución a las ideas, sin capacidad para disentir debido a las amenazas, coerción, violencia verbal, engaño o abuso de poder. La gente digna de la RC debería tomarles la palabra a los fundamentalistas e irse de este escondrijo de miedo. Decía Eduardo Galeano: libres son quienes piensan, no quienes obedecen.

Que hoy en las fiestas de Quito, Lourdes Tibán le gane una partida de “cuarenta” a Roberto Luque y consiga obras para los más necesitados, como un ejemplo a seguir para desterrar el sectarismo, y la verborrea barata. Es hora del diálogo constructivo, con serenidad, mancomunidad, reflexión, aunando esfuerzos por un país necesitado de cohesión, y como decía el abuelo dejando de hablar al “tuntún” es decir al azar y sin reflexión. (O)

Econ. Gerardo Maldonado

Econ. Gerardo Maldonado

Economista, abogado. Posgrado en Finanzas y Proyectos INCAE Bussiness School. Máster en Administración en Tecnológico de Monterrey. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresas. Poeta y escritor.
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