Todos los años el 28 de diciembre celebramos el “Día de los Inocentes”, fecha que se recuerda en el aspecto religioso: la matanza de niños por el rey Herodes, con el objetivo de asesinar al niño Jesús, y que según la biblia se consideran a los primeros mártires cristianos. En nuestro país, en este día, se da rienda suelta a la alegría, buen humor, sátira, por lo que desfilan muchos personajes públicos sobre todo de la política, y de los mayores sucesos en el año.
En este contexto, y al hablar de inocencia en niños que se traduce en candidez, sencillez, humildad, tratamos de enfocarnos a la “inocencia en mayores”, a aquellos “como que son libres o librados de culpa”; siendo en este marco llamativo el fenómeno que se da específicamente en nuestro querido Ecuador en donde, de un momento a otro, de un contexto a otro, de una autoridad a otra, de un anochecer al amanecer, los culpables como por arte de magia aparecen como inocentes.
El concepto de culpabilidad se ha convertido en un término relativo de acuerdo con el personaje y sobremanera de acuerdo con los contextos. La culpabilidad como que es estigma de los grupos marginados, como que tienen de herencia o como que deben pagar las consecuencias de otros que de un momento a otro se trastocan de culpables a inocentes.
Lo más llamativo, que aparecen personajes incluso provenientes de mismo Estado y específicamente del escenario de la justicia, que tienen la facilidad de convertir de culpables a inocentes, estando de por medio conceptos como el rango social, la política, la pertenencia a ciertos grupos élites y hasta del bajo mundo, pasando por una serie de vericuetos como son las amenazas, las compras de conciencia y la fuerza del dios poder y el dinero.
En definitiva, siendo hoy el “día de los inocentes”, debemos ubicarnos en que se trata de un festejo para los niños y otros inocentes en buen sentido de la palabra, de aquellos que pagan las consecuencias negativas de un país que se sume cada vez más en la pobreza, inseguridad, delincuencia e injusticia en donde y, no rara vez, el inocente es culpable o el culpable pasa por inocente. ¿Verdad? (O)






