El triatleta cuencano Juan José Andrade de 32 años cierra una temporada marcada por el crecimiento deportivo, pero también por aprendizajes para su camino rumbo a Los Ángeles 2028. Andrade cerró el año convencido de que atraviesa su mejor momento físico y mental, con la mira puesta en el nuevo Ciclo Olímpico.
El salto de calidad entre finales de 2024 y el cierre de esta temporada es evidente tanto en los entrenamientos como en los resultados, aunque reconoce que el año le dejó la sensación de haber merecido más.“Si tuviera que definir el 2025 en una palabra, sería crecimiento”, resumió Andrade.
La temporada estuvo condicionada por un calendario reducido y múltiples dificultades logísticas. Andrade tuvo que autofinanciar varias competencias internacionales y atravesó dos desgarros musculares, además de un contagio de COVID que afectó su continuidad. “Todo eso corta la progresión y la consistencia. Llegué a fin de año muy bien entrenado, pero sin que el cuerpo termine de asimilar todo ese trabajo”, explicó.
Pese a ello, destaca el rendimiento en relevos mixtos, donde Ecuador alcanzó resultados sobresalientes en Sudamericanos, Panamericanos y Juegos Bolivarianos. “Antes era una prueba que me costaba, y este año rendí a un nivel muy alto”, señaló.
Compartir equipo con Elizabeth Bravo también ha sido clave. Andrade reconoce en ella un ejemplo y una fuente permanente de motivación. “Eli abrió el camino en el triatlón olímpico ecuatoriano. Construir esta historia juntos es muy gratificante”.
El cierre de temporada fue distinto a otros años. Andrade terminó sin agotamiento extremo y con ganas de seguir compitiendo. Aprovechó el descanso para rehabilitar una lesión en la rodilla que venía arrastrando desde mayo y hoy se siente “mejor que nunca”. “Física y mentalmente estoy en un estado óptimo para encarar el 2026, sabiendo que la clasificación olímpica empieza en mayo”.
Ciclo Olímpico
Desde ya tiene en claros sus objetivos. El calendario del próximo año ya tiene fechas clave: Campeonato Sudamericano el 1 de marzo en Formosa, Argentina; Panamericano, el 31 de mayo en Antofagasta, Chile; es la prueba que otorga los primeros puntos para el Ciclo Olímpico. Además de un exigente bloque de Copas del Mundo en América. “El objetivo es claro: competir más y sostener la regularidad durante las pruebas de la primera mitad del próximo año”, indicó.
La motivación, asegura, nace del deseo de alcanzar su mejor versión y del sueño olímpico que arrastra desde niño. “Estoy convencido de que este es el ciclo en el que voy a llegar a la cúspide de mi rendimiento. Representar a Ecuador en unos Juegos Olímpicos sería una satisfacción enorme”. A eso se suma el apoyo incondicional de su familia, a quienes considera parte esencial de cada logro.
Con el extrialteta español Pablo Dapena como entrenador desde hace año y medio, Andrade confía en que lo mejor aún está por venir. El 2026 no será solo un nuevo año competitivo, sino el inicio real del camino hacia Los Ángeles 2028. (D)








