Evangelizar con tinta y palabra

En tiempos en que las redes sociales y medios digitales dominan la escena comunicacional, la prensa —entendida en sentido amplio: escrita, radiofónica y televisiva— sigue siendo un instrumento valioso para la evangelización. Bien empleada, puede informar, formar, animar y fortalecer la fe de nuestras comunidades. La clave está en el contenido: profundo, claro y con verdadero espíritu misionero.

A diferencia de quienes han buscado una gloria póstuma efímera —sin considerar, como advertía Marco Aurelio, que incluso los recuerdos de los recordados se extinguen—, los verdaderos comunicadores de la fe han comprendido que su misión no es alcanzar fama, sino sembrar valores que trasciendan. Evangelizar no es alimentar egos, sino tocar corazones.

Históricamente, los ungidos de Dios han tenido un papel fundamental en los medios. No se limitaron al púlpito de sus iglesias, sino que también predicaron desde la palabra impresa, aportando a la construcción de un clima de comprensión entre evangelizadores y evangelizados. Lo hicieron sobre la base de tres principios: respeto mutuo, lealtad en el reconocimiento del otro y, sobre todo, la afirmación de la infinita dignidad humana.

Sin embargo, no todos han seguido este camino. Algunos utilizaron su influencia para fines personales, llevando el agua a su molino y causando más división que unión. El poder de la palabra es tan edificante como peligroso, según el corazón desde el cual se pronuncie.

En la historia de la prensa nacional y local, clérigos han empuñado la pluma no solo para evangelizar, sino también para emitir opinión crítica, reflexiva y orientadora. Para ello se requiere algo más que buena voluntad: se necesita juicio, cultura general, dominio del idioma y una profunda comprensión del contexto humano y social. La columna de opinión se convierte así en un púlpito extendido, desde el cual también se anuncia la buena nueva.

Hoy, muchos de estos sacerdotes columnistas han desaparecido de la escena por diversas razones. Pero algunos aún perseveran con valentía y claridad. Entre ellos destaca el padre Bolívar Jiménez Álvarez, quien continúa aportando desde el periodismo con convicción y profundidad. Sus artículos, recopilados en el libro Desde mi ventana, abordan con agudeza y responsabilidad temas teológicos y de actualidad. Vicario Episcopal y Judicial, exprofesor universitario y Doctor en Derecho Civil, el padre Bolívar es también autor de diversas obras de carácter teológico.

Evangelizar desde la prensa no es repetir dogmas, sino iluminar la realidad con el Evangelio; no es imponer, sino dialogar; no es dividir, sino construir puentes. Hoy más que nunca, la sociedad necesita voces que, desde la fe y la razón, aporten claridad, esperanza y orientación. Y la prensa sigue siendo, pese a todo, una herramienta poderosa para esa tarea. (O)

Dr. Edgar Pesántez

Dr. Edgar Pesántez

Médico-Cirujano. Licenciatura en Ciencias de la Información y Comunicación Social y en Lengua y Literatura. Maestría en Educomunicación y Estudios Culturales y doctorado en Estudios Latinoamericanos.
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