Al menos el 60 % de las mujeres que se atiende por problemas de infertilidad presenta trastornos mentales como ansiedad o depresión debido a las dificultades que enfrentan para que los procedimientos sean exitosos, alertó un especialista.
El problema, dijo el doctor ginecobstetra Jorge Luis Santibañez, es que el estado permanente de ansiedad y estrés contribuye a que los procedimientos para lograr un embarazo no sean exitosos ya que el sistema endocrino (encargado de la producción de hormonas) se ve afectado.
Soraya Pérez, quien entre 2014 y 2018 se sometió a dos procedimientos de fertilización «in vitro», confesó a Efe que ella forma parte de esta estadística, pues además de lo molesto y doloroso del proceso, para ella también representó desarrollar ansiedad y depresión.
Explicó que durante el tratamiento al que se sometió para poder ser madre tenía sensibilidad constante en los senos, se sentía hinchada todo el tiempo y muy irritable.
Pero aunado a ello, presentó ansiedad principalmente por cuestiones económicas, físicas y emocionales, además, relató, «tenía culpa por no poder ser madre de manera natural y la ansiedad aumentaba porque también si el tratamiento fallaba iba a ser mi responsabilidad», comentó.
La percepción social que exalta a la maternidad como algo importante y que define a una mujer le hacía sentir que había fracasado al no poder embarazarse de forma natural, lo que también influía en su ansiedad y más tarde le llevó a desarrollar depresión.
El doctor Santibañez explicó que estas emociones influyen en las hormonas que participan en el proceso de reproducción, pues existe una disminución de los estrógenos, lo que provoca una menor probabilidad de ovulación y, por ende, menos posibilidades de conseguir un embarazo.
El especialista agregó que las mujeres que están en tratamientos «in vitro» se someten a mucha presión por la aplicación de medicamentos y por saber que el resultado en una prueba de embarazo puede llegar a ser negativo.
Por su parte, Soraya manifestó que emocionalmente también es desgastante este tipo de tratamientos «porque sientes que sometes a tu cuerpo a muchas cosas a la vez, aunque sí recibí ayuda psicológica, en mi caso el proceso me superó».
De acuerdo con la psicóloga que consultó Soraya la ansiedad que padecía tenía su origen en el miedo y la carga social de ser madre. Sin embargo, pese a las terapias, su estado emocional no mejoró y hasta el momento no ha conseguido embarazarse.
Este 2020 decidió que volverá a intentarlo. Es «el último que haré», reveló.
Por su parte, el doctor Santibañez destacó que las probabilidades de lograr el embarazo en un primer tratamiento son del 30 % al 40 %, aunque las posibilidades aumentan hasta el 70% en un segundo o tercer intento.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen entre cuatro y cinco millones de parejas que presentan algún problema de infertilidad, mientras que a nivel mundial la cifras son de cerca de 40 millones de personas.
Aproximadamente 11,8 % de quienes la padecen son mujeres en edad reproductiva, entre los 25 y 35 años. EFE