En las bodegas y en los patios de la Policía Judicial hay cientos de electrodomésticos, celulares y vehículos que han sido recuperados en Cuenca. Todo ha tenido que ser amontonado porque no hay mucho espacio y, sobre todo, porque nadie se ha acercado a reclamarlos.
El destino de la mayor parte de lo que recupera la Policía Nacional en los operativos para detener a delincuentes termina en la destrucción: cuando el caso de investigación se da por terminado, por lo general se determina que se destruya los artefactos que estuvieron en manos de los delincuentes.
En el caso de los vehículos, estos tienen más tiempo de permanecer intactos (cinco años, por lo mínimo), pero si no hay quién reclame, el vehículo termina convirtiéndose en chatarra. En la Policía Judicial del Azuay, cada dos a tres años, se hace una revisión de los vehículos que ya son más de 1.000 sin dueño.
“En los patios ya no tenemos espacio y hay motos y carros que podrían tener dueño. Acá tenemos las puertas abiertas para que le gente venga y reconozca si es suyo algún objeto”, dice Richard Dávila, jefe de la Policía Judicial del Azuay.
La población podría pensar que es un proceso tedioso; no obstante, si se tiene ciertos documentos que acrediten que alguna de las cosas que la Policía Judicial ha recuperado, la devolución es rápida y sin mayores complicaciones.
Trámite
Como primer paso, la persona que cree que ha sido afectada en algún robo puede acercarse a las bodegas de la Policía Judicial, ubicadas frente al aeropuerto Mariscal La Mar, y solicitar a los policías de turno que le permita hacer un reconocimiento de los objetos recuperados.
Actualmente hay televisores, lavadoras, secadoras, equipos de sonido, cilindros de gas, llantas de vehículos, bicicletas y celulares.
Si la persona cree reconocer uno de los artefactos, la Policía le guiará con el juez o jueza que está a cargo del caso, quien le solicitará alguna prueba que certifique que es suyo. Por lo general funciona con una factura.
Sin embargo, si no cuenta con una, hay casos en que simplemente se hace una declaración juramentada porque la persona que reclama cierto producto está muy segura de que le pertenece.
Para el jefe de la Policía Judicial del Azuay, con los celulares es un poco más difícil la recuperación debido a que la mayor parte de estos no cuentan con un documento que los avale porque, o son traídos en maletas desde el extranjero o ingresan por Perú o Colombia evadiendo el control aduanero.
“Si el producto fue adquirido en algún local del Ecuador, hay un 94 o 95 % de que recupere lo que es suyo, porque tranquilamente se pueden ir al local a pedir un certificado o copia de la factura. Es cuestión de que se acerquen a reconocer”, explicó Dávila.
En caso de los vehículos, las personas solo deben acercarse a los patios que están ubicados en Nulti para reconocerlos y seguir los mismos pasos mencionados. (AWM)-(I)