Indagan arte musical tras hallar partituras de 1875

Un destacado músico y guitarrista cuencano vivió en la primera mitad del siglo XIX; a los 16 años fue maestro capilla (músico) del monasterio de las Conceptas, luego director de la Sociedad Filarmónica del Guayas, pero no se conocía su música. Mas con el hallazgo de un álbum musical, de 1875, con creaciones suyas, avanza una investigación sobre un siglo de tradición guitarrística en Cuenca, que no se conocía.

Este músico fue Manuel Antonio Calle (1836-1887) y para Bolívar Ávila Banegas, que investiga los aportes musicales del personaje, resulta notable que sus composiciones tengan influencias de la estética de Ludwing van Beethoven.

Ve muy importante que un compositor del país de esa época haya conocido de Beethoven, pues Ecuador era muy aislado de Europa y la influencia cultural no era fluida por las enormes dificultades de comunicación, mucho más con la Sierra.

El álbum musical, escrito en papel industrial pautado con los pentagramas, también difícil de conseguir en la ciudad de su   tiempo, tiene creaciones de Calle, adaptaciones a piezas  musicales de moda y aun fragmentos de ópera.

“Esto demuestra que se movía entre un público interesado. El álbum es una autopublicación que ha permanecido perdida en el tiempo”, comenta Ávila, guitarrista, promotor del Festival Internacional de Guitarra y del Sono, escuela de enseñanza de guitarra.

El hallazgo de estas partituras originales se debe a que familiares del músico Arturo Pesántez, a su muerte, entregaron al musicólogo Carlos Freire algunos papeles que le habían pertenecido y entre ellos estaba este álbum, descubierto de esta forma y con el que se abre múltiples vías de investigación, como la musicológica.

Los valses, polkas, mazurcas y composiciones originales de Calle tiene un estilo que no existía en el Ecuador, revelador de que pertenecía a un círculo de elevados conocimientos. Se sabe que estudió con Antonio Neumane, compositor francés, autor de la música del Himno Nacional.

La investigación sobre Calle, (violinista, guitarrista y pianista),  ha llevado a encontrar en el año 1797, los antecedentes de la enseñanza de la guitarra en Cuenca, por obra de Antonio Soler, abogado y funcionario español. Su destacado alumno fue Miguel Espinosa, primer maestro de música de la catedral; su hijo, Leuco, fue otro afamado de la guitarra.

Ávila concluye que hay todo un siglo de tradición guitarrística que no se había descubierto, tal vez el origen de que la guitarra sea un instrumento musical de mucho arraigo y tradición en Cuenca, tanto en su ejecución como en la construcción del instrumento.

Hoy, muchos jóvenes  buscan aprender a interpretar la guitarra, bastantes de manera académica y aun quieren especializarse en el extranjero, resalta el investigador. (AVB)-(I)

Más inquietudes

Los guitarristas actuales son herederos de la alta escuela de estos músicos del siglo XIX: Soler, fallecido en 1851; Miguel Espinosa, en 1856; Leuco Espinosa, en 1886; Calle, en 1887, de lo que Ávila concluye que deben haber más músicos de esa época y más materiales por buscar.

Se pregunta, por ejemplo, con quién se formó Manuel Antonio Calle porque de los profesores que pudo tener, ni su padre (Andrés) ni Neumane eran guitarristas y para componer lo que firma se requiere estudios técnicos que no posee un músico popular. Sus creaciones hacen suponer estaban destinadas a fiestas de salón que daban algunas familias pudientes. (AVB)-(I)

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