Los restos de los once ucranianos que murieron el pasado día 8 cuando Irán derribó por error el Boeing 737 de Ukraine International Airlines (UIA) que realizaba el vuelo PS752 entre Teherán y Kiev llegaron este domingo a la capital ucraniana.
Los féretros de los nueve tripulantes de la aeronave y de dos pasajeros fueron repatriados por un avión Il-76 de las Fuerzas Aéreas de Ucrania.
En el aeropuerto de Boríspol fueron recibidos por los deudos en una ceremonia que contó con la presencia del presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, el primer ministro, Alexéi Goncharuk, y otras autoridades del país, y cuyas imágenes fueron transmitidas en directo por diversos medios.
Inmediatamente después del siniestro del vuelo PS752 las autoridades iraníes negaron que se tratase de un derribo hasta que tres días más tarde las Fuerzas Armadas de Irán reconocieron que abatieron por error el avión al confundirlo con un misil de crucero.
Esta catástrofe coincidió con un aumento de las tensiones entre Teherán y Washington tras el asesinato en un bombardeo estadounidense del general iraní Qasem Soleimaní y el posterior ataque de Irán a una base en Irak con tropas norteamericanas.
A bordo de Boeing de UIA, además de sus nueve tripulantes ucranianos, se hallaban 167 pasajeros: 82 ciudadanos iraníes, 63 canadienses, diez suecos, cuatro afganos, tres alemanes, tres británicos y dos ucranianos, todos los cuales murieron en el siniestro.
Ucrania exigió a Irán la entrega de las cajas negras del avión, demanda que será satisfecha según anunció el sábado la Organización del Aviación Civil iraní. EFE