La desinformación implica manipulación y busca el desconocimiento de los ciudadanos en manos de quien quiere sacar provecho de que la verdad no se conozca. Por un lado, están quienes buscan comentarios y reconocimiento inmediato por transmitir información sin ninguna fuente de verificación ni contraste; y por otro, quienes con intención dolosa quieren que la sociedad se mantenga al margen de la verdad.
Pero ¿somos conscientes del peligro que puede causar la desinformación?; porque la ciudadanía ha perdido la confianza en los medios que la difunden, se ha generado pánico y reacciones poco favorables, insultos, agresividad y violencia generalizada.
Para devolverle la confianza es importante difundir noticias con mayor credibilidad, verificadas y contrastadas por vías oficiales. Las noticias falsas son un peligro para el periodismo, para la gobernabilidad y para la democracia; está en nosotros como sociedad combatirlas, quizá la salida no es la regulación, sino la educación. (O)