Según la RAE, “parásito es un organismo que se alimenta de las sustancias que elabora un ser vivo de distinta especie…” Pues sí, Parásitos es una película surcoreana, ganadora del Óscar de la Academia de Hollywood, como mejor película de habla no inglesa –laureada con este máximo galardón, en casi un siglo de historia, de haberlo logrado otra película en otra lengua- y también el Óscar mejor director y al mejor guion original y atiende al significado consignado.
Estremecedora, imprevisible, intensa, esta película nos enlaza desde un comienzo, sin pensar que el cine oriental es lento como habríamos considerado usualmente. Película tan dura como bien lograda y, que permite al espectador, no perder sus instantes, tan decisivos de comienzo a fin.
Una alegoría fílmica que confronta en el escenario surcoreano a ricos y pobre, a gente culta como a personajes vulgares, que alejan a los demás por su olor y por sus costumbres, hasta terminar en una hecatombe que genera muertos y heridos, en medio de una celebración de cumpleaños del niño artista de la familia. Drama y suspenso atraviesan las dos horas de duración de este filme que permite evidenciar los contrastes sociales y culturales del pueblo surcoreano. Acertadas las estatuillas otorgadas a este drama que enuncia las debilidades humanas, a ser analizadas por el espectador, como su coautor obligado. (O)