“Huellas”

La memoria cobra identidad, es como otro ser que nos habita, como un reflujo de vida, es un sol que alumbra huella de alegría y de tristeza noches de luna en la huida del tiempo que se va quedando como ensalma Salomón en el Cantar de los Cantares o son olas acariciando las ensenadas en una especie de cosecha, también hay quejas y desafíos de lo que pudo ser y no fue, pues ya no tienen lágrimas mis ojos, ni conceptos de amor mis pensamientos.

La vejez y el pensamiento engendran una realidad, el hacer es un comenzar a morir donde las vivencias van cambiando con el tiempo y a la fuente precisa de la vida como un símbolo eterno, a la raíz soterrada que en un nacimiento y una muerte de siglos nos espera conocido por todos pero por todos olvidado escondido más allá.

Mil preguntas pesan en el aire, como una pregunta sin respuesta ¡qué digo? La respuesta son los hijos cuyos corazones siguen latiendo al unísono de sus antepasados frutos de una creación eterna. (O)

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