Buenos Aires se viste de múltiples colores y las tradicionales murgas salen a la calle para el cierre del Carnaval este lunes en el centro de la capital, después de varios días en los que los desfiles se han sucedido por diferentes barrios.
El último de los llamados «corsos» se celebra en la Avenida de Mayo y acabará en la noche con la actuación del grupo argentino Ráfaga, informaron fuentes del Gobierno de la ciudad en un comunicado.
Aunque la tradición carnavalesca tuvo mayor presencia a mediados del siglo XX en Buenos Aires, aún hay murgas que recorren la ciudad porteña.
Este lunes, los elegidos para la clausura del Carnaval son los grupos de desfile de Los Enviciados por Saavedra, Soñadores de Villa Pueyrredón, Los Reyes del Movimiento de Saavedra y Los Viciosos de Almagro, cuatro murgas de trayectoria amplia.
Fue en la década de 1930 cuando los nombres de las murgas pasaron a tener nombres paródicos como esas cuatro que actúan hoy, después de prepararse para ello durante el resto del año, acompañadas por la música de los instrumentos de viento metal y la percusión.
En Argentina hay otros carnavales además del de Buenos Aires, que tienen además muy poco común entre sí.
Es el caso, por ejemplo, de los festejos de Gualeguaychú (Entre Ríos, noreste), con unos espectáculos con un estilo más similar al de Río de Janeiro, y los carnavales del norte argentino, como el de la Quebrada de Humahuaca, de tintes andinos y con coloridas celebraciones relacionadas al culto a la madre tierra, la pachamama.
Los feriados de Carnaval fueron establecidos en el país en 1956, pero después la última dictadura argentina (1976-1983) los derogó al llegar al poder; en 1983, con el retorno de la democracia, regresaron los festivos por Carnaval.
Durante los últimos días, varios barrios celebraron festejos, como el corso de Mataderos.
Allí marcharon murgas como Derrochando Alegría, de Villa Lugano, vistiendo colores amarillo y verde, con mayores y niños que disfrutaron bailando en medio de las calles del barrio del sur de la ciudad. EFE