Plácido Domingo, tras la investigación del sindicato de ópera de EE.UU. que confirmó las acusaciones de acoso sexual y abuso de poder, ha visto cómo España se convertía en el primer país europeo en cancelar sus actuaciones, «un deber, más que un gesto, de solidaridad con ellas», como ha señalado el ministro de Cultura.
Así se ha pronunciado el ministro de Cultura español José Manuel Rodríguez Uribes antes de comparecer en la Comisión de Cultura del Congreso y tras la decisión de su departamento de suspender las apariciones que el tenor tenía previsto ofrecer en el Teatro de la Zarzuela de Madrid los próximos días 14 y 15 de mayo.
«Hemos entendido que desde el momento que ha reconocido los hechos y ha querido asumir las responsabilidades, nuestra obligación era dar cumplida cuenta de eso y que no es el momento de que participe en la programación», ha dicho el ministro, «en coherencia con unos hechos reconocidos por él».
España y más concretamente Madrid, cuna de Domingo, toman así la iniciativa en una Europa que, hasta el momento y a diferencia de EE.UU., donde sufrió el veto de varios teatros y se vio impelido a renunciar a su puesto de director general de la Ópera de Los Angeles, se mantenía reticente a tomar medidas en su contra transcurridos seis meses de las primeras acusaciones.
La asunción de responsabilidad del tenor, expresada ayer a través de un comunicado, llegaba poco antes de las conclusiones de un informe confirmando las denuncias y que fue elaborado por el sindicato de artistas musicales de Estados Unidos, AGMA.
Por su parte, el Teatro Real de Madrid ha solicitado dicho informe para estudiarlo y decidir sobre la participación del tenor el próximo mes de mayo en «La traviata» en el papel de Germont.
Cuando el pasado mes de agosto se hicieron públicas las denuncias de 9 mujeres por acoso sexual y abuso, el Real confirmó la actuación y reiteró su admiración y reconocimiento» por el artista, en cuanto que «las acusaciones que se vierten sobre este tipo de comportamientos, dadas sus consecuencias, tienen que estar fundadas y ser probadas en las instancias que corresponden».
En el mismo escrito, no obstante, se reiteraba su «tolerancia cero» ante «cualquier conducta que pueda suponer abuso y acoso sexual o de cualquier otra índole».
Por su parte, el Palau de Les Arts de Valencia (al este de España), celebrará mañana una reunión que estaba convocada de forma ordinaria pero que tratará con carácter extraordinario su relación con Domingo, pues colabora allí sin relación contractual en la selección de los candidatos a entrar en su Centro de Perfeccionamiento, que lleva su nombre, y como asesor de los alumnos.
Asimismo, la organización del XXXII Festival Internacional de Música y Danza «Ciudad de Úbeda» (en el sur de España) tomará una decisión la próxima semana sobre la celebración o no del concierto inaugural de la cita, que estaba previsto que corriese a su cargo el 3 de mayo.
El informe de AGMA, no obstante, ha quedado empañado tras una información publicada hoy por The New York Times, según la cual Domingo y el sindicato de artistas que le investigó estaban negociando un acuerdo de medio millón de dólares para que no se difundieran detalles de las conclusiones de las pesquisas.
Ese posible pacto se fue al traste por una filtración, según el diario estadounidense, que tuvo acceso a un correo electrónico interno remitido por los líderes del sindicato en el que criticaban que, como consecuencia de «esta flagrante violación de la confidencialidad», los abogados de Domingo se habían retirado del acuerdo.
Los dos directivos que firmaban el mensaje lamentaban que AGMA había perdido de esta forma «500.000 dólares que no solo habrían cubierto los costes de la investigación», sino que también habrían servido para financiar un programa para prevenir el acoso sexual en la industria.
Tras la publicación de la información por parte del Times, el sindicado ha reaccionado a través de un comunicado, en el que ha asegurado que esa compensación económica era una «multa», que habría sido la mayor impuesta nunca a un miembro. El dinero, subraya la nota, «no era a cambio del silencio de AGMA o para hacer algún tipo de ‘acuerdo secreto'».
Sin embargo, Debra Katz, abogada de dos mujeres que acusaron públicamente a Domingo, ha acusado a AGMA de estar «intentando cerrar un acuerdo secreto con Plácido Domingo que estaba condicionado a la confidencialidad (…) a cambio de un tibio perdón y de pagar un dinero que es una fracción de lo que él gana». EFE